-Bien, la última vez qué lo vi...- me detuve, analizando nuestro último encuentro- ¿Mason recuerdas qué me hablaste de los Niputs?
-Claro, ¿Qué pasa?
-Cuéntamelo de nuevo- le pedí.
-Bien-empezó él- Los Niputs son básicamente cazadores, los Presidentes han iniciado búsquedas con inmensas recompensas, más de un millón de créditos, es una organización qué compite con nuestros presidentes en cuánto el descubrimiento de vida fuera de nuestra galaxia, como sabes, el S.S es nuestro objetivo desde hace- levanta las cejas tratando de recordar- unos ochenta años, nuestros satélites y Órbitadores captaron una señal emitida desde el S.S, una corta y rápida señal, pero eso basto para atraernos. Sólo imagínate, una señal captada de una galaxia a doce millones de años de distancia, obviamente está habitada. Y pues tú sabes que sólo los importantes tienen un Seputh, supongo que Dan tenía uno- asentí- Así qué traía su Seputh con él ¿No?- asentí de nuevo- No quiero alarmarte pero es muy probable qué lo tengan los Niputs.
Yo me pare en seco.
-Pero... Dan...
-Voy a ser sincero, no creo qué Dan este tocando fondo, los Niputs deben saber quien es él, vamos qué es el único Dan en el planeta y saben que Geia y Sirul son sus padres, Dara estoy casi seguro qué ellos lo tienen.
Yo estaba en shock, no, Dan no.
-¿Qué hago Mase?- pregunté llevando mis dedos a mi boca.
-Yo te ayudaré a buscarlo.
-¿Donde empezamos?
-Vamos a Loumbier, ahi encontraremos algo.
-¿Y bien?- le pregunto a Mase.
-Hay qué preguntarle a esa madmua, siempre se asoma por la ventana.
Nos dirigimos al edificio y la silueta femenina retrocedió.
-No no no, tranquila. Solo queremos hacerle unas preguntas-dice Mason.
-Aléjese, no pienso responderle- dice la silueta desde las sombras.
-Sólo quería saber si usted ha visto a un chico rubio, alto.
La figura no se movió.
-Usted sabe qué por aquí no es muy concurrido joven- habló con voz burlona.
-¿De qué habla madmua?
-Mason- ambos nos sobresaltamos cuando dijo su nombre- Mason y Dara...
Mason me tomo de la mano mientras gritaba.
-¡Dara vámonos de aquí!- él me jalaba en dirección contraria.
La silueta se acercaba más.
-¡Vámonos Dara!
Yo no podía moverme, estaba hipnotizada viendo como esa sombra comenzaba a tomar forma.
Sentí las manos de Mason bajo mis piernas, cargándome y luego corriendo.
La silueta se dejó ver y casi grité del susto.
Un nirvo.
-¡ No corran chicos!- gritó el nirvo y luego rió sinicamente.
-No lo veas Dara, no lo veas.
Volteé tratando de ignorar al nirvo.
Después de un rato Mason se detuvo y me bajo.
-Dara, ¿Estas bien?
-Si, creo que sí. ¿Era un nirvo verdad?
-Si, y uno muy antiguo.
-No me lo puedo confiar. ¿Un Nirvo aquí?
-Parece imposible pero aquí está, debemos informarle a los Ciervos.
-Si, y pronto.
Un Nirvo es un Krakop, un Krakop es un alienígena, un habitante del planeta enemigo, Krakop. Hace cientos, quizá miles de años, mientras nuestros científicos descubrían la forma de viajar en el tiempo y el espacio, los Nirvos hicieron una expedición y se camuflaron con nuestros ejércitos. Cuando uno escuchó el rumor del avance de los viajes, salieron a la luz todos los Nirvos atacaron nuestras bases e intentaron averiguar la forma en la qué viajábamos. Eso nos traería muchísimos problemas, inimaginables. Tan solo la posibilidad de que cambien algo en nuestro pasado afectaría gravemente a nuestro presente. Sólo ciertas castas de Corellia, muy limitadas, tienen acceso a viajar al pasado y con pena de muerte a quien toque o modifique algo.
Los Nirvos querían eliminarnos de aquí modificando el pasado.
Son sombras del color del cielo, naranjas, con unos huecos verdes en lugar de ojos.
-¿Qué quería?- le pregunté a Mason, ya qué él logro leerle la mente.
-Quería nuestros cerebros.
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A millones de años.
Science FictionVivo en Corellia, un planeta a doce millones de años de el único planeta que descubrimos que tiene vida; la Tierra. Yo, Mason y Dan hemos descubierto que probablemente se hará una misión hacia allá. Llevo toda mi vida preguntándome cómo será , qué c...