VIII Christine

22 1 1
                                    

-¿Para que es?-pregunta Mason entrando a la cubierta, mirándolo hasta donde se extiende.

Yo también alzo la mirada sin poder creerlo.

-¿No es obvio? Los rumores son ciertos, va a hacer una expedición, lo más probable es que sea al S.S, pero puede ser otro destino. Fíjate ahí-señala un punto en  piso cerca de la gran nave- Es una Transplana, entonces...

-Es un lugar lejos-me apresuro a responder.

-Exacto-dice él- Y es una nave demasiado grande para...

-Demasiadas personas- dice Mason.

-Veo que lo entienden.

Caminamos rodeando la enorme nave, debe tener unos cien metros de alto y veinte de ancho, tiene pequeñas ventanas circulares y enormes propulsores.

-¿Y qué pasa con lo de Cherif?-le digo viendo aún la nave.

-Esto es. Cherif aseguraba que en el S.S hay vida, creía que hay un planeta que tiene todo lo necesario para subsistir, y aunque no lo digan, pronto no nos quedará nada. Las pocas especies que existen aquí se mueren porque no terminan de adaptarse-Dan mueve las manos, señalando la nave- Y aquí está la solución.

-Ir al S.S... Pero son doce millones de años-dice Mason.

-Pero la oportunidad es única-responde Dan.

-Primero debernos asegurarnos, puede que...

Mi voz se ve interrumpida por el ruido de la compuerta principal abriéndose.

-Mierda-susurra Dan- Los presidentes, están aquí.

Mi hermano se apresura a un rincón de la gran explanada, casi al frente hay una mesa para unas veinte personas, nos escondemos detrás de una oportuna cortina negra.

Poco a poco los Presidentes toman asiento, hasta que no queda ningún lugar vacío. Alcanzo a reconocer al Presidente Guideon, al Presidente Oritf y pocos más.

-Primero que nada-dice el Presidente Guideon; un hombre alto de barba y cabello negro- Ustedes ya sabrán el motivo de ésta reunión.

Varias cabezas asienten al mismo tiempo.

-Vean eso-dice el Presidente Guideon.

De nuevo las cabezas se van en dirección a la gran nave.

-Esa es la...-dice una voz de un hombre que queda fuera de nuestra vista.

-Si, caballeros, esa es Christine, nuestra Christine. Hace más de treinta años que se empezó a construir.

-Datos-dice un hombre calvo.

-Combustible inagotable, alcanza la velocidad de la luz, impenetrable, irrompible, capacidad para doscientos ejemplares de tamaño medio, robots qué envían datos automáticamente...

-Es perfecta- dice la única mujer en la mesa-Verdaderamente perfecta.

-Así es-continúa Guideon- Lo más perfecto qué hemos creado.

-¿A dónde la van a enviar?-pregunta otro hombre.

-Miren-prosigue Guideon- Todos recordamos a Cherif, ¿No es así?-todos asienten- Él fue el primero en pensar que concretamente en el S.S hay vida, fue él quien inventó la teoría y la alimentó con más información.  Cuándo captó la primera y única señal proveniente de el S.S, aumentó su curiosidad, analizó cientos de veces esa señal hasta que dio con la verdad. Era una señal... De auxilio.

Se comenzaron a escuchar susurros en la mesa.

-Silencio caballeros, y dama-continuó Guideon- Después de eso se rehusó a seguir trabajando para nosotros y decidió investigar por su cuenta. Le llevó meses, pero descubrió el planeta habitado.

-¿Y cuál es, Guideon?- pregunta la Presidenta.

-Eso no lo sabemos. Cuando lo descubrió perdimos contacto con él. Poco después quemó todos los datos y se suicidó. Nosotros hemos tratado de averiguar cual es el planeta correcto, pero aún no lo hemos logrado.

-¿Y cuál es la misión de Christine?-pregunta el hombre calvo.

-Seis chicos. La misión de Christine es llevar a seis científicos al S.S, ir planeta por planeta hasta dar con el correcto, nuestros hombres investigarán unos días ese planeta; orbitandolo, y cuando sepamos que dimos con el adecuado, bajarán.

Murmullos más audibles se apoderan de la sala.

-¿Y qué hay del peligro?-pregunta alguien.

-De ahí su valentía-responde Guideon.

-¿Cómo piensan seleccionarlos?-pregunta el mismo hombre.

-Voluntarios señor Maffoh-responde nuevamente Guideon.

-¿Y que hay de la relatividad del tiempo?-pregunta la presidenta.

-De eso no estamos...

De pronto Dan cambia de posición y hace desaparecer la cortina.

Todos los Presidentes voltean hacia nosotros.

-Oh no- susurra Mason, que de seguro, ya les leyó la mente.

-Eme y Zeta, vayan por ellos-dice muy tranquilamente Guideon.

Dos hombres gigantes se aproximan, intento controlar sus mentes, pero no funciona si ellos tienen la misma habilidad.

-No-me apresuro a decir- Sólo somos...

Uno de ellos me toma por el brazo y me levanta sin piedad.

Emito una queja de dolor, no porque me duela, sólo para hacer drama.

-Suéltala- dice Mason pero enseguida lo toman por ambos brazos.

Nos dirigen al centro de la sala, cuando se me prende el foco.

Dan.

«El tiempo» le digo mentalmente.

Lo veo asentir y chasquea los dedos.

Los guardias se quedan petrificados, al igual que el resto de la sala. Que suerte que detener el tiempo sea poco común.

-Vamos- dice Dan aproximándose a la salida.

Yo y Mason nos soltamos y lo seguimos.

-Por aquí-dice mi hermano corriendo directo a la compuerta.

La atravesamos y nos dirigimos a toda prisa hacia la Transplana.

Cuando llegamos, Mason me abraza.

-No dejaré que te hagan daño-me susurra al oído.

-Vámonos ya pirulines- dice Dan- los voy a devolver.

Los tres subimos a la Transplana y Mason selecciona Tauret. Mientras desaparecemos Dan vuelve a chasquear los dedos.

¡Hola lectores! Les pido una disculpa por tardar tanto en actualizar, pero ahora ya tengo escritos varios capítulos y los publicaré de manera continúa. Estén pendientes porque se acerca la tan esperada Expedición al S.S.
¡Gracias!

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: May 26, 2015 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

A millones de años.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora