5. El niñero es el vecino.

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Habían pasado tres días de su casual encuentro con Louis en el supermercado, pero Harry no podía de dejar de pensar en él. 

Su rutina era la misma de siempre, levantarse, estudiar, ir al parque y acompañar a su hermana y a Louis a los barrios mas pobres y peligrosos, cenar con su hermana y dormir.

Todo estaba bien, hasta que su hermana tuvo que ir a un viaje a Holmes Chapel, el antiguo lugar donde vivían antes de llegar a Doncaster.

—¡Demonios, si no estuviera necesitada no te pediría que lo hicieras! — Gritó eufórica la rubia al castaño, que la observaba tranquilo y sin emociones.

—De acuerdo, pero que mí padre no se entere que te largaste, porque sino los dos estamos muertos — Harry escuchaba todo tras la puerta de la cocina, su hermana creía que no escuchaba por el sonido de la sarten y su distracción cocinando, pero so podía oír sus gritos llenos de enojo.

—Gracias, me voy hoy en la noche y regreso mañana al medio día —Contesto su hermana, luego se escuchó el sonido de la puerta cerrase y los pasos de las bonitas zapatillas de su hermana acercandose a la cocina. Gemma estaba realmente sorprendida que su hermano ya casi tuviera la comida lista, solo le falta la ensalada, de la cual ya estaba picando muy finamente la lechuga —¡Wow! Me impresionas hermanito — Dijo la rubia observando a su hermano picar la verdura de manera delicada. Sabia que no era necesario decirle que seria cuidado por Tomlinson, ya que su hermano se hacia cada vez más chismoso cuando se trataba del castaño y sus conversaciones no tan privadas — ¿Cómo fue tu experiencia cocinando?

—Bien, supongo — Harry sonrió de forma amable y cariñosa, como siempre hacía — Me gustaría volver a cocinar — Su hermana era un tanto sobre protectora con él, y a veces no le gustaba que fuera así, pero no tenía el corazón para decir eso — ¿Por qué discutías con el vecino?

—Nada importante — Movió su mano restando importancia al asunto —Oye, ya sé que estabas espiando, así que ya sabes el porque — Contesto, como si no lo conociera bien.

**

Gemma ya tenia un pequeño bolso preparado para su viaje a Holmes Chapel, solo faltaba despedirse de su hermanito y llamar al taxi.

Aún no tenía confianza en el hijo de su jefe, pero no tenía el dinero suficiente como para comprar un segundo boleto para su hermano, así que esa fue su única opción solo porque no conocían a nadie de confianza según su criterio.

Cepilló su cabello rubio y largo, pronto quitaría ese tono y lo cambiaría por un morado o lila. Se puso un suéter color negro y unos jeans desgastados, junto a unos converse negros de botín. Salió de su habitación y se fue a la sala, donde estaba su hermano coloreando una hoja con crayolas tiradas en toda la mesilla de café.

—Hazza, debes recoger eso — La voz de Gemma hizo sobre saltar a Harry, quien estaba muy distraído como para haber notado a su hermana.

—Ajá, ya lo hago — Harry nunca discutía con su hermana, su naturaleza tranquila y pacífica lo hacían la persona más sumisa que podrías encontrar.

Recogió todas las crayolas y las coloco en orden en las cajitas que tenía, y las que ya estaban casi terminadas o rotas en un bote en forma de cilindro de tamaño mediano — Listo — Dijo con voz tranquila. Gemma acarició la suave cabellera rizada de su hermano, justo antes de que en la puerta se escucharan los toques nada suaves de alguien. Harry fue a abrir.

—Mocoso — Louis quito al niño y entro sin permiso al hogar de los Styles, ya estaba acostumbrado a hacer eso — Gemma.

—Idiota — El duelo de miradas venenosas fue interrumpido por la incesante mirada de las iris verdes — Ya llamé al taxi Hazza, me voy, no te portes mal o te castigaré cuando regrese — Gemma ya estaba en la puerta de su apartamento, con el bolso en la mano — Cuida bien de mi hermano — Exigió la rubia al castaño, que la observaba sin emociones en sus ojos azules, esta ocasión sin lentes.

—Haré el intento — Contesto con una voz de aburrimiento, Gemma salió del apartamento, rumbo al taxi que ya esperaba por ella. Louis se giró a ver al pequeño rizado, que observaba la ventana que daba a la entrada principal del edificio. No creyó que se sentiría tan triste que su hermana se fuera, pero era la primer separación que tenían desde hace muchos años — Mocoso, deja de ver por la ventana que eso no la va a traer de vuelta — Harry movió la cortina para que ya no pasara la luz del sol y se giró a ver a Louis — Bueno, supongo que tu hermana te habrá dicho que soy tu niñero,¿no? — Harry asintió.

—No es necesario que lo preguntes, ¿qué otra razón hay para que estés en mi casa? — Louis chasqueó la lengua con fastidio.

—Como sea, no me especificó muy bien tu hermana como debo cuidarte, pero creo que no necesitas que te cambié el pañal — Harry negó — No se ni como diablos te voy a cuidar un viernes por la noche, pero empaca tu pijamita, que te vas a quedar en mi apartamento — El rizado inmediatamente obedeció. Fue a su habitación y en su mochila azul guardó la única pijama que tenía, una azul que le había regalado su hermana para su cumpleaños número quince, y un cuaderno de hojas blancas, lápices y un paquete de crayolas.

Louis observó la simple y cálida decoración del pequeño apartamento, había fotografías de Harry y Gemma, de mascotas y flores, los dibujos de Harry hechos con cualquier material, pero no había ninguna de sus padres o familiares o alguna de más jóvenes. Pero aquel no era su problema, y continuó observando lo demás.

—Listo — Casi da un pequeño brinco al escuchar a Harry tras sus espaldas, pero sabía muy bien controlarse.

—Bueno, cierra bien tu casita y vámonos que no tengo tiempo — El rizado cerró todo y tomó las llaves de su hogar y salió después que el muchacho de ojos azules.

No creyó que volvería a hablar con Louis, pero la suerte parecía estar de su lado...


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Bueno, aquí está el capítulo que querían, está dividido en dos partes, luego publicaré la otra parte. 

Dedicado a DannyBeHere, que me pidió dedicación. 

Con todo mi kokoro, x.

Crayolas.- L.S.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora