9. Una pesadilla y un idiota enamorado.

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Las semanas pasaron hasta que se hicieron meses, Gemma iba y venía a Holmes Chapel, y su hermano se hacía cargo de los trabajos que su hermana no podía, claro, en compañía de Louis, quien lo protegía de sobre manera, llegando incluso a golpear a varios hombres que intentaban pasarse del límite con el pequeño niño. Pero justo ese día no había ventas y la hermana de Harry estaba en el diminuto apartamento, pero no estaba tan tranquila, ella iba perdiendo el caso contra su tía, gracias a que ella argumento que era una drogadicta y que no podía cuidar de su hermano menor. No dejaría que esa desgraciada se lleve a su pequeño hermanito.


La luz de la tarde era cálida sin llegar a ser bochornosa y molesta, el de cabellos rizados estaba disfrutando del buen clima de la ciudad como muchos hacían, porque el invierno se acercaba y era raro tener algún día con un poco de sol. Su hermana lo vigilaba mientras estaba sentada en una vieja banca de cemento gris, y al mismo tiempo vigilaba que no llegara nadie a quitarle su buen día de descanso, algo que no duró mucho porque su teléfono comenzó a sonar, el número de la corte de Holmes Chapel, no podía ser bueno.


*****


Gemma no tuvo opción que dejar nuevamente a Harry a cargo del castaño, debía volver nuevamente, la llamada era demasiado en serio, y debía ir lo más pronto posible. Llamó al castaño, pidiendo por favor que cuidara de su hermano mientras ella no estaba en casa, por fortuna el de ojos azules aceptó cuidar de Harry


—Hazz, prepara tus cosas, vas a ir a casa de Louis, será esta noche y la mañana, así que lleva tu pijama. —Harry no comprendía porque su hermana en los últimos días viajaba mucho y sin decirle su motivo o a donde. Preparó una pequeña mochila con su pijama favorita, solamente porque iba a casa del castaño de ojos azules.


Tocaron la puerta del apartamento frente a ellos y Louis salió a recibirlos y dejar que pasara el pequeño rizado y se despidiera de su hermana mayor.


Gemma se fue un poco tranquila, por lo menos sabía que su hermano estaría bien, el chico de ojos azules no le había hecho nada malo hasta ahora, y también había algo que no cuadraba para ella, Louis siempre que viajaba aceptaba dócilmente cuidar de su hermano y no rechistaba como casi siempre hace.


Louis observaba a Harry mientras este se quedaba dibujando y marcado con las crayolas que llevaba. Eso siempre le parecía raro, porque no es normal que alguien de la edad de Harry utilice ese tipo de material para dibujar, la mayoría usa lápices y colores de madera o pintura, sin embargo, eso era algo que a él le llamaba la atención de ese chico, eso y su infantil manera de ser. El rizado sintió la mirada del otro y alzó la suya.


—¿Dónde están tus hermanas? Hace mucho que no las veo. —Louis vio que el niño estaba un poco nervioso, pero le respondió.


—Se fueron a Londres porque allá estudian.


—Oh. —Fue lo único que dijo, Louis si que lo ponía un poco nervioso y hacía que su corazón diera pequeños botes o se detuviera, y a veces los dos juntos. Louis podía ver que la mirada del niño era muy difícil de describir, había algún sentimiento oculto en las esmeraldas, en la pequeña sonrisa que le dedicó, en todos sus movimientos. Algo tenía ese pequeño que lo ponía intranquilo.


La cena fue silenciosa y tranquila por ambas partes sentadas en la mesa. A la hora de la ducha, primero se baño el rizado y seguido de Louis, llegando así a la hora de dormir.


Esa noche no tenía nada de especial, solo una leve y fresca brisa, nada con que no salvar con una manta. Ya era pasada la media noche y todos debían estar dormidos, pero Louis estaba despierto, pensando en que era Harry para él. Sabía que cuando su padre recuperara la confianza en su mejor vendedora, se tendría que ir y ya no volver, algo muy lejano o ya quizá cercano, cosa que hizo que su corazón diera un vuelco de temor, como si deseara quedarse más tiempo. Sus pensamientos fueron interrumpidos por unos ligeros movimientos de su brazo, era Harry.


—¿Qué quieres? —Le cuestionó, observando su cuerpo encorvado y cara triste y ojitos llorosos.


—¿Puedo dormir contigo? Tengo miedo. —Louis solo se movió y dejó que Harry entrara en la cama, que lo hizo de manera rápida y temblando, tenía miedo y el castaño se dio cuenta de eso.


—¿Por qué quieres dormir conmigo?


—Tuve una pesadilla muy fea, y y y tengo miedo. —Harry casi llora pero Louis le da un abrazo rápido.


—Pues no debes llorar por una pesadilla, nunca van a pasar. Ahora duerme. —El de ojos verdes contesto con un simple "esta bien" y cerró sus ojos, sintiendo un poco de más protección y seguridad estando con el castaño a un lado suyo.


[...]


La noche fría le dio paso a un día tibio y soleado, despertando al de ojos azules. Sintió un pequeño bulto a su lado, que lo tenía atrapado con su brazo, era el pequeño rizado, que lo sujetaba con su brazo y su cabeza estaba oculta en su cuello donde sentía su cálida respiración que causa escalofríos y sus revoltosos rizos bajo su barbilla causando cosquillas, estar de esa forma lo hacía sentir bien.


El castaño de ojos azules se quedó pensando en el rizado de ojos grandes y adorables, de sonrisa con hoyuelos, como deseaba que su hermana se fuera de nuevo y lo dejara con el pequeño. No, eso no podía ser cierto, pasó una mano por sus cabellos, no quería caer en las garras de lo que muchos dicen que es lo mejor que les ocurrió, tal vez ya era tarde, quizá ya era un idiota enamorado.




*****


Hola dangos felices:


Les agradezco que lean y eso, ahora, no voy a hacer la competencia de la otras fics porque voy a llorar, y bueno solo haré una y supongo que un one-shot y ya cuando acabé esta fic, haré la otra restante, y emm...pues les agradecería que pasaran a leer la otra fic, se llama "Casa blanca" y esta basada en leyendas urbanas del rancho en el que vivo.


Sin más que decir, me voy. Voten y comenten.


Con todo mi kokoro, x.

Crayolas.- L.S.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora