Me hubiera gustado encerrarme en mi pieza, abrazarme las rodillas, balancearme y repetir una y otra vez que eso no fue real.
Pero, por desgracia, tenía que hacer el mapa de geografia.
Y por primera vez, no tuve ganas de hacerlo.
Me lavé fuertemente la cara para despertarme, luego tomé un atlas, los útiles necesarios y empecé a dibujar.
Terminé media hora después de haberlo comenzado, lo cual era un record.
Me eché en la cama y tomé aire, para luego liberarlo en un suspiro.
Yo amaba mi pieza.
Veras, tengo THDA (transtorno hiperactivo por déficit de atención) por lo cual en mi habitación no podía ( o quería) tener muchas cosas. Lo único que tenía era una cama con sábanas blancas, un closet también blanco en el rincón, un escritorio de madera y una cómoda a los pies de la cama.
¿Los libros? En su habitación personal el doble de espacioso.
No tenía tareas, eso significaba descanso y libertad (algo que odiaba) pero esa tarde lo necesitaba.
En primer lugar, era necesario que organizara todo lo sucedido en el día.
1.- Había aparecido un chico peligroso (y bonito, pero eso no viene al tema)
2.- Había vuelto a aparecer un monstruo.
3.- No tenía ganas de hacer cosas, estaba horrorizada.
Todo eso no podía ser coincidencia, algo estaba cambiando.
Como tenia hambre, calenté las sobras de ayer y leí un poco de ficción.
Ya como a las ocho, escuché a mi padre entrando ruidosamente a la casa después de otro día de trabajo.
—¿Darielis?—llamó.
—Siiiiiiiiiii—respondí.
—Baja.
Cerré el libro y definí el ambiente.
Nada. Ni peligro, ni diversión, simplemente: nada.
Salí di la habitación.
—¿Mmmm...?
Mi papá hurgó en su bolsa, sacó montones de papeles y bolígrafos. Luego una pequeña caja de color gris con una cinta dorada.
Antes de pasármela, estiró el brazo y cerró un ojo. Observó la caja, luego a mi y nuevamente la caja.
—Se nota que es tu madre—murmuró.
¿Qué?¿Mamá? pensé, alarmada.
Cuento corto: Yo NUNCA había visto a mi madre.
—Ten.
Me tiró la caja al vuelo y (por cierto, soy torpe) se me cayó.
—¿Quién la envía?—quise saber.
—Tu madre. Te manda saludos.
Me emocione—. ¿La viste?¿Va a venir a verme?
—Está muy ocupada en su trabajo—me escrutó con la mirada—. Anda, ábrelo.
Tiré de una tira del lazo dorado (Casi idéntico al color de mi pelo) y le saqué la tapa a la caja.
Dentro, una cadena delgada de plata con dos colgantes atados en extremos opuestos: Un buho y algo extraño... escrito en griego antiguo.
—Voy a mi pieza—murmuré.
Entré y lo primero que hice fue hurgar en el closet, luego saqué mi libro sobre mitologia.
Y allí estaba, la misma palabra del colgante:
De los Atenienses.
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Una vida anormal |Nico di Angelo| Pausada ;(
RomanceDarielis habia visto muchas cosas inexplicables en su vida. Opto por hacer todo lo posible en llevar una vida normal. Pero todos se pone patas arriba cuando llega un chico extraño a su escuela. Su mundo cambia a ser anormal. ¿Su nombre? Nico. Nico d...