Merch || Duxino

Capítulo cuatro: Admirar

┌── •✧• ──┐

Una hora completa. Ya hacía una hora que el tren se había quedado atascado en una vía.

Suspiran al mismo tiempo y ríen momentos después, aunque no hay nada de que reírse. El sueño comienza a golpear a Duxo y se deja caer sobre el asiento, respirando hondo y dormitando de vez en cuando.

-¿Pasa algo?-pregunta Aquino.

-Sueño...-el castaño sonríe de lado.

Toma con cuidado su cuerpo y lo deja con cuidado sobre el suyo.

-Duerme un rato, no te preocupes.

Ninguno de los dos piensan en qué realmente se encuentran haciendo, Duxo, por su parte se encuentra a punto de dormir o desmayarse por lo que no hace protesta ante la falta de energía y simplemente acomoda su cuerpo sobre el frio piso del tren y cae dormido minutos después, y Diego sólo es demasiado amable, o muy raro teniendo en cuenta que ni se conocen, pero no pueden culparlo realmente, es un gesto amable y espera que se quede como eso. Solo lo espera, pues no cree que suceda.

El pecho del pelinegro sube y baja cuando respirar y Diego baja la libreta de letras de canciones al escuchar el suave murmullo de su respiración cerca de él.

No sabe cuánto tiempo se ha quedado mirando, pero es el suficiente para saber que se ha quedado en un trance admirando la respiración del chico.

Joder, se ha quedado admirando la respiración de un desconocido en el tren. Suspira, tratando de liberarse de esos pensamientos.

Le ha sucedido eso en muchas ocasiones, pero suelen terminar en lo mismo: nunca lo vuelven a ver, ni si quiera se hablan, solo se observan de diferentes lugares. Pero su cerebro sigue repitiendo lo mismo: esta vez han hablado lo suficiente, se han mirado, y aquel chico está dormido a su lado.

Esto parece un milagro desde la perspectiva de Aquino, aunque duda que para el pelinegro sea igual, pues parece una persona común y corriente. Aunque tampoco se puede culpar a sí mismo, la atracción física es repentina y realmente no le suele suceder seguido, esta es la primera vez desde hace un año (sí, lleva las cuentas por que espera enamorarse y cada posibilidad es importante.)

Se pone a pensar sobre el tema y en una de esas imagina como puede ser la perspectiva del pelinegro. Algo indiferente, puede ser, no se ve como esas personas que hacen un escándalo solo por una cosa mínima.

Sí, se ha tomado un gran tiempo para solo mirar detenidamente al pelinegro como para notar todos esos pequeños detalles que se borraran después de un tiempo. Logra plasmarlos en papel y hasta ahora se da cuenta de que se ha pasado veinte minutos haciendo todo eso, aunque jura que pudo ser más tiempo de lo que el reloj dice, pero el reloj no miente.

Sigue escribiendo. Lo único audible los las voces de las personas que han comenzado a charlar entre ellos después de por fin asimilar que faltara un rato para salir, su lápiz contra la hoja y la respiración del chico a su lado.

Se ha metido en un problema ahora, pues estos casos no son buenos en ningún sentido, duran poco, claro, pero eso no quita todo lo que sobre piensa e imagina durante ese lapso de tiempo. Mucho para él. Demasiado.

Siente el cuerpo debajo de él moverse, reaccionando a los movimientos del cuerpo de Diego y las voces que comienzan a ser mucho más fuertes que antes. Le ve parpadear unos segundos y sonríe.

-Has dormido media hora.-menciona totalmente tranquilo, tratando de mantener la calma lo cual de milagro logra hacer.

-Mierda, perdona.-se levanta lentamente del suelo y Aquino después de un tiempo puede estirar y sentir sus piernas.

-No importa, ¿descansaste algo?-pregunta, pero ya sabe la respuesta. El movimiento de cabeza del chico hacia los lados le hace asentir casi al instante.

-Pero al menos tengo algo más de energía. ¿Sabes qué hora es?

-Mmm, creo que las seis y media con algo.

-Una hora y media llevamos atascados.

-Y parece que aún falta bastante.-sonríe de lado, tratando de pasar algo de positividad al chico.

Ahora él parece cansado. Recarga su cabeza en el asiento detrás de él y deja su libreta en su regazo, en el campo de visión del pelinegro.

-¿De qué trata? La canción.-dice, tallándose un ojo.

-Amor pasajero.-responde nervioso pues no quiere que sepa que la canción es sobre él

-¿Puedo ver?-pregunta, dudoso, a lo cual Diego asiente lentamente, demostrando un poci su duda. Duxo levanta la pequeña libreta en sus manos y lee con cuidado las letras, sin entender mucho, pues en si la letra sola de una canción es muy seca porque son solo eso, letras, la música es lo que lo hace una canción, de otro modo parecerían poemas lo que escribe el chico.

-Son muy buenos.-menciona y sigue mirando, aquel chico sí que tenía talento para escribir, no puede imaginar cuanto talento tendrá para tocar o cantar.-Demasiado, aunque no sé nada de música, pero son muy buenos.

-Gracias.

Después de eso, Duxo le entrega la libreta y Aquino la vuelve a meter en su mochila. No hay más conversación por los siguientes minutos, solo miradas y sonrisas bobas.

Duxo no puede creer que apenas llevan una hora y media y este chico le parece atractivo, tal vez más que eso.

└── •✧• ──┘