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Empuja con pesadez la puerta de su dormitorio y al instante las notificaciones se hacen presentes, en las cuál las que más le llaman la atención son las noticias de la mañana en el tren y sus amigos desesperados.
Decide mandarles una nota de voz para al menos calmarles un poco y cuando el interrogatorio ha terminado, por fin vuelve a descansar.
Si es que logra dormir. Y aunque pueda ser por la comida recién ingerida, cree que es algo más.
Tal como su cabeza se golpea contra la almohada, los recuerdos de esa mañana le golpean de repente. Tal vez tomo demasiado café, tal vez respiro alguna que otra droga, no lo sabe.
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Sostiene el vaso con sus dos manos, tratando de calentarse al menos un poco, mientras el chico en frente le mira atento.
-¿Quieres ir a tu casa? Te puedo acompañar si te sientes cansado.
-Aparte de que sería un poco raro, prefiero quedarme aquí un rato.-no, en realidad no quiere quedarse en medio de la calle bebiendo una taza de chocolate caliente mientras el frio le golpea los huesos, pero a medida que el tiempo corre, más se siente atraído por el chico enfrente suyo, así que-¿por qué no hablamos un rato?-sonríe de la manera más dulce y tranquila que puede hacer en este momento.
El castaño exhala una risa y asiente, y comienza a prepararse para hablar con gente a su alrededor, a decir verdad nunca ha hablado con alguien fuera de su casa o al menos en la vida real fuera de las charlas básicas o preguntas como "¿podrías decirme la hora?", mucho menos lo ha hecho sin su cubre bocas pero quiere mantener esa pequeña sensación de calidez y comodidad que de algún modo ha logrado hacer en Duxo. Lo que hace en este momento es demasiado para un desconocido, o bueno, alguien que lleva conociendo dos horas y media.
-La verdad no tengo mucho que contar.-sonríe de lado y se gira un poco hacia el pelinegro.
-Nadie tiene algo que contar nunca, pero al parecer las charlas sobre el clima y los animales parecen funcionar todo el tiempo.-menciona Duxo en un intento de animarle a hablar.
-Bueno...vivo en la universidad, por lo tanto debo quedarme aquí hasta que acaben mis clases para no ser obligado a entrar a las clases que aún me quedan. No soy de Lima.-menciona, ladeando su cuerpo.
Duxo sigue mirándolo, curioso.
-¿Sabes? Me agradas, ¿puedo tener tu número?-le mira directamente y Duxo se siente morir.
En realidad, la seguridad con la cual Aquino lo menciona no es la misma que siente cuando la mirada de Duxo se posa sobre él. En el interior su cuerpo burbujea y cree que pronto comenzará a temblar, nunca en su miserable vida de veintiún años ha hecho algo como eso. Siente el sudor rodando sobre su frente y sus palmas comienzan a hacer los mismo, pero Duxo no habla en todo ese tiempo.
Solo asiente con delicadeza y ese solo gesto hace que el castaño se relaje un poco. Ve como Duxo saca su teléfono mientras él espera y toma un pedazo de papel de su bolsillo y una pluma de su mochila (quería preguntárselo cuando lo vio por primera vez pero, como siempre sucede, no lo hizo.)
Duxo le dicta cada número y teme equivocarse o que el pelinegro le esté haciendo una broma, aunque las manos nerviosas y temblorosas del pelinegro dan a entender lo opuesto. La risa nerviosa de los dos se hace presente y Duxo reúne la poca valentía que le queda para solo decir unas cuantas palabras.
-Quería preguntártelo antes pero me dio vergüenza.-ríe un poco y Aquino voltea a verlo.
-¿En serio?

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Merch || Duxino
Hayran KurguEl metro, dos tipos, un accidente, merch. La suficiente valentía para no parecer un rarito. ༊*·˚ AU universitario ༊*·˚ Leer las aclaraciones al inicio de la historia. ༊*· Créditos del fan art de la portada a "@/OtroGek" en Twitter.