➥ Dɪ́ᴀ 1 ─ «❝𝔸𝕘𝕒𝕣𝕣𝕒𝕕𝕠𝕤 𝕕𝕖 𝕝𝕒𝕤 𝕞𝕒𝕟𝕠𝕤❞»

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Estaba una eriza llamada Sarah en su casa acostada en su cama aburrida sin hacer nada

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Estaba una eriza llamada Sarah en su casa acostada en su cama aburrida sin hacer nada. Todos sus amigos no querían estar al lado de ella por el miedo que les daba y el zorro que tanto amaba y que tanto le costó entender que lo ama, se había ido a casa de su hijo llamado Tom a pasar la noche el día anterior y todavía no había regresado.

— ¡Me aburro! — De repente un sonido se hizo presente en la silenciosa casa, el timbre había sonado. — ¡No estoy! — Fue lo que grito al tener la Santa pereza de levantarse y abrir la puerta al quien sea que estuviera allí abajo. —

— Emmm....Sarah, soy- —

— ¡No quiero empanadas! — Grito de nuevo interrumpiendo aquella voz que venía desde abajo. La voz se comenzó a escuchar de nuevo. —

— ¡No vendo empanadas! ¡Soy Luther! — Grito ya un poco estresado por el comportamiento de su compañera de piso. —

La eriza de color púpura al escuchar aquella voz que la metía entre nubes del paraíso, se levanto corriendo y en un abrir y cerrar de ojos estaba delante de la puerta apunto de abrir, antes de abrirla se coloco un poco su pelaje desordenado y se aclaro la garganta para luego abrir.

— Ah, eres tu zorrito....pasa ya antes de que te cierre en toda tu estúpida cara — Dijo aquella eriza disimulando las ganas que tenía de abrazarlo y besarlo cada vez que lo veía. El era un poco bipolar o no se si llamarlo Tsundere con aquel zorro. —

— Que cálida bienvenida mi eriza enana — Dijo con un poco MUCHO de sarcasmo a la chica de aparencia de 18-23 años quien la miro molesta y sonrojada a la vez. Eso Le parecía muy tierno al zorro de dos colas, la chica se sonroja a fácilmente con cualquier cosa que Le dijera aquel zorro anaranjado. —

— ¡No soy enana! — Grito molesta y sonrojada aquella eriza, la verdad es que para el de zorro con bufanda era una pequeña enana...aunque ella sea un poco mas alta que el, Le llegaba un poco más arriba de sus hombros pero era tantas las veces que Le había dicho ella tambien a el 'gruñon' o 'enana' hacia aquel "zorro normal" que ya se molestaba pero igual no podían ninguno de los dos evitarse sonrojarse por los apodos que uno al otro se decían.

— Sí, como digas mi enana — Dijo riendo un poco el zorro con bufanda para dejar la pequeña mochila que traía con el en el sillon/sofá para mirar de nuevo a la eriza que se veía igual que hace 1 minuto como estaba: roja y molesta. — oye....¿y los-? — Fue interrumpido por la eriza de pelaje púrpura. —

— ¿Los chicos? Fueron a dar una vuelta por ahi como siempre pero yo no quise esta vez hacerlos sufrir. Estaba esperandolos a ellos, pero desgraciadamente me tocaste la puerta tu primero, zorro gruñon. — Dijo ya un poco calmada la de apariencia de 18-23 años, era mentira lo que acababa de decir de que esperaba a los demás en vez de a él, esperaba con ansias a su querido zorro anaranjado. —

El de pelaje anaranjado se quedó en silencio por un largo rato, Le dolió escuchar que no lo esperaba a él. Pero estaba acostumbrado a que lo tratará haci, su amor nunca será correspondido siempre pensaba el zorro al igual que la eriza.

El mayor de lo frustrado que estaba se le salió cualquier palabra que se le había pasado por su mente primero o que estaba pensando hacia meses pero no se atrevía a decirlo.

— ¿Vamos a comer un helado? — Dijo sin más el zorro haciendo que la eriza lo mirara sorprendida y roja como un tomate. El de bufanda azúl proceso lo que dijo. — ¡CLARO SI QUIERES! Pues si no quieres.... no te iba a obligar y- — Se interrumpió a el mismo al sentir un tacto con su mano, miro a la dirección de su mano encontrándose la mayor estatura dándole la mano al menor sonrojada como un tomate. —

— Vayamos antes de que me arrepienta — Dijo la eriza mirando a otro lado sonrojada inflando sus adorables cachetes, el zorro se río ante esta acción y fueron juntos a pasear toda la tarde, eso si, sin olvidarlo: "siempre estaban tomados de la mano" —

— Vayamos antes de que me arrepienta — Dijo la eriza mirando a otro lado sonrojada inflando sus adorables cachetes, el zorro se río ante esta acción y fueron juntos a pasear toda la tarde, eso si, sin olvidarlo: "siempre estaban tomados de la mano" —

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