Un enemigo en común

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El día después de la llegada de las clases al campamento, ambos grupos entrenaban arduamente divididos en diferentes grupos para mejorar sus habilidades físicas y sus quirks.

El entrenamiento duraba casi todo el día y sólo habían descansos para comer e ir al baño.

Pixie Bob: Les dijimos que ayer sería el último día que los atenderiamos

Ragdoll: Ahora ustedes tendrán que preparar su propia cena - anunció con entusiasmo.

Iida: ¡Chicos, hagamos el mejor curry del mundo! - exclamó motivado.

Las clases comenzaron a preparar la cena, aunque no todos lo hacían con buen humor, pero hacían lo mejor que podían.

Ashido: Todoroki ¿podrías ayudarnos aquí?

Todoroki: Claro - respondió para luego prender el fuego en el asador.

Ashido: Gracias

Sero: Bakugo, prendelo con una explosión

Bakugo: ¡Bien, mierda! - exclamó a punto de hacerlo cuando unos látigos se envolvieron en su cabeza.

Midoriya: Derente ahí dinamita con patas, no queremos que vueles el asador - dijo antes de soltarlo - y ustedes vayan a ayudar a los demás

Kaminari: Viejo ¿cómo es que no sientes ni un poco de cansancio? - preguntó desganado.

Midoriya: Entrené desde los 4 años Kaminari, un entrenamiento como este no va a cansarme

...

Todos: ¡Itadakimasu!

Kirishima: Si fuera un restaurante no estaría muy contento, pero es aceptable - comentó mientras comía.

Ashido: Yaomomo estás comiendo mucho

Yaoyorozu: Mi quirk me permite crear cosas a partir de mis lípidos así que necesito comer mucho - respondió volviendo a comer.

Sero: Es como mierda - habló deprimiendo a la chica rica.

Jiro: ¡Discúlpate! - ordenó golpeandolo.

Sero: ¡Lo siento!

Mientras el peliverde comía se había dado cuanta de la ausencia de alguien y al saber de quién se trataba fue tras él, no sin antes tomar un plato con comida.

Midoriya: Tienes hambre ¿verdad? Te traje curry

Kota: ¡¿Qué haces en mi guarida secreta?! - preguntó enojado.

Midoriya: Noté que no habías cenado y te seguí

Kota: Estoy bien, no quiero estar con ninguno de ustedes

Midoriya: Está bien escucha, si terminas de cenar me iré enseguida - caminó hasta él y le dio el plato.

Kota: Bien - dijo y se puso a comer.

Midoriya: ¿Así que está es tu guarida secreta? La vista es excelente, sabes, yo también tenía una guarida secreta - comentó llamando la atención del niño - solía llenar de grafitis las paredes, por suerte el lugar estaba abandonado

Ellos me hicieron cambiarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora