3

262 39 29
                                    

Su cabeza continuaba atrapada en el momento en que su boca tuvo la osadía de pronunciar "Tienes una cafetería muy agradable", siendo seguida por la imagen de una apenada sonrisa que vino acompañada por un, "Gracias". Su rostro volvió a sonrojarse. En que mierda estaba pensando cuando se atrevió a decir aquellas palabras. ¿Desde cuándo daba elegíos a otras personas?, recostándose apropiadamente, su cuerpo se dejó llevar por las sensaciones que lo habían envuelto en aquella cafetería. Era difícil explicar cómo es que alguien podía crear un sitio en donde hasta los pequeños decorados lograba ofrecer paz y tranquilidad. Apenas conseguía creerse que hubiera visitado dos veces el mismo lugar, nunca se consideró alguien que disfrutara frecuentar el mismo lugar y en tan poco tiempo, sobre todo, considerando cuan exigente podía llegar a ser con la comida. Sin embargo, en ambas ocasiones, disfruto gratamente su comida.

Tomando su teléfono, busco la página promocional de la cafetería, siguiéndola en sus redes sociales, guardo el numero entre sus contactos. Su actuar no le parecía ser uno muy propio suyo, sin embargo, tampoco deseaba darle tanta importancia, tan solo estaba haciendo una actividad común, como el civil Bakugo Katsuki, de seguir un lugar que le gusto y esperaba volver a visitar pronto.

La mañana no fue tan tranquila como habitualmente lo era. Fue sorpresivo tener que atender una situación de persecución tan temprano. Un supuesto seguidor de la liga de villanos, haciendo poseedor de un quirk bastante complicado de lidiar ya había puesto en movimiento a varios héroes. Para Bakugo no fue difícil emparentarlo con aquel que lo había fastidiado antes de su ingreso a la U.A. encontrando irritante recordar la interrupción de Midoriya y su tonta mirada de preocupación. Tan pronto recordó aquello, se distrajo por algunos segundos, dando oportunidad al fugitivo para lograr desestabilizarlo, más logro reponerse al instante—. ¡SHINE! —clamo con mirada asesina mientras hacía contacto y estallaba una gran explosión que consiguió noquear al alborotador.

A los pocos segundos llegaron Kirishima y Hanta acompañados por la policía, que efectuaron al instante la detención. Teniendo a los medios de comunicación encima, Bakugo debió hacer un gran esfuerzo para no ir a estallar y mostrar un adecuado comportamiento. Aquello era más debido a la promesa que le había hecho a Best Jeanist cuando se graduó de la U.A.

Acompañado por sus dos amigos, mientras caminaban hacia el edificio de la agencia, decidieron desviarse para ir a desayunar algo. Comer hamburguesas no era precisamente la mejor manera de iniciar el día, no obstante, eran pocas sus opciones, disponían de poco tiempo para comer—. ¿Qué ocurre, Bakugo? —pregunto Kirishima confundido por ver lo poco interesado que su amigo parecía estar por su comida.

—Nada. Apúrense a comer —fingiendo irritarse, consigo mantener oculta aquel pensamiento en su mente, "Carece de sabor", masticando con mayor fuerza su comida, Bakugo no podía evitar irritarse consigo mismo. Solo dos ocasiones, dos platillos diferentes y ya se había obsesionado con un lugar que apenas encontró por mera casualidad. ¿Acaso tenía sentido?, más irritado comenzó a comer cuando revivió su unilateral intercambio de palabras con quien poseía mayores habilidades culinarias que él. Masacrando sus papas fritas en su boca, se preguntaba cuanto tiempo llevaría alguien para tener tal destreza culinaria. A veces tal talento era natural. Algunas personas podían llegar a desarrollarlo. Otras simplemente carecían de ello y solo podían encontrar maneras para dar un sabor decente a su comida. Tan pronto tales últimos pensamientos se arremolinaron en su mente, se detuvo a poco de dar el penúltimo mordisco a su hamburguesa—. Oigan, idiotas, ¿Alguno sabe cuánto tiempo lleva abierta esa cafetería que le gusto a la alienígena?

Dos miradas, carmín y dorada, se miraron mutuamente confundidos. Uno tenía ocupada la boca con un gran bocado de hamburguesa, el otro con un popote. Siendo este último en hablar—. Ashido lo encontró no hace mucho —respondió dejando su vaso a un costado—. Pero según he podido escuchar, tiene unos dos o tres años abierto.

Tardes de Pastel con fresas y Café [BakuTodo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora