Capítulo Uno.

595 49 8
                                    

En estos últimos años, la gran ciudad escondida entre las hojas, Konoha, ha vivido varios años de una gratificante paz, dejando que la nueva generación de ninjas no sufra grandes problemas como pasó con la anterior. Podríamos decir que ninguno de estos pequeños nuevos ninjas ha pasado por un gran problema. Bueno, eso era así... hasta hoy. 

Aunque claro, este problema no tendría tal magnitud como una guerra, o el de tener a tu mejor amigo como un ninja buscado por todas las ciudades. Sino que simplemente sería un tonto problema amoroso entre adolescentes, que prefieren no hablar directamente sobre sus verdaderos sentimientos. 

—Y entonces Shikadai recibió un golpe por parte de Metal mientras practicaban, ¡Fue demasiado gracioso, de veras! -Hablaba mientras tenía unas pequeñas lágrimas en sus ojos, por todas las risotadas que dio mientras contaba lo que había sucedido hoy. 

Boruto se encontraba acompañando a Mitsuki hacía su hogar, a pesar de que viviese por el camino contrario de donde vivía el rubio, e incluso si luego de dejarle tendría que caminar el doble de camino para llegar a casa. Pero eso realmente no le importaba, le gustaba bastante ese pequeño rato que ambos tenían a solas. 

—Parece que te divertiste mucho hoy, Boruto, eso es bueno. -Ya habían llegado a visualizar la entrada de la morada. En ella, había un pedazo de papel clavado con un kunai en la puerta. —¿Y eso qué es...? 

—¡Ten cuidado! ¡Podría ser una trampa! 

—Lo dudo. -Se acercó y quitó el kunai, guardándolo en un bolsillo de su kimono. Tomó el trozo de papel que se encontraba doblado y lo abrió para ver su contenido. —Creo que es otra carta de amor... 

—¿Te escribieron una carta confesándose...? ¿De quién podría ser? -Se percató de un pequeño detalle. —¿¡Acaso dijiste otra!? ¿Cuándo te llegó la primera y yo ni enterado? 

—Claro, perdón que no te lo dijera, es que como pensé que se habían equivocado de destinatario, pero ya con esta carta parece ser que no... -Se puso a leer lo que estaba escrito en el trozo de papel. 

Boruto, como no tenía nada mejor que hacer, se acercó a Mitsuki y se puso a leer lo que estaba escrito junto a él. Se le produjo un leve sonrojo, de vergüenza, en sus mejillas por ver tantas palabras cursis y amorosas, profesando amor hacía su amigo. 

—Esto es raro, parece ser que las cartas pertenecen a dos personas completamente diferentes... -Concluyó, luego de su lectura. Mitsuki estaba calmado, como si no le hubiese provocado ni una emoción tantas vergonzosas palabras amorosas. 

—¿Y cómo estás tan seguro de eso? 

—Espérame acá un momento, que voy a buscar la primera carta y te muestro lo que está escrito en ella. Así te das cuenta de las diferencias. -Abrió la puerta de su hogar y se adentró, empezando a buscar. 

Boruto, como bien le había dicho su amigo, se quedó esperando afuera, mientras muchas preguntas se volvían un remolino en su cerebro. 

El miedo y la inseguridad de no haber sido el primero en confesarse a Mitsuki estaba empezando. 

"Así que no fui yo quien entregó la primera carta..." Pensó mientras colocaba uno de sus pulgares en su boca y se lo empezaba a morder levemente, para así intentar calmar sus crecientes nervios. 

No íbamos a prolongar más este tonto suspenso, el que le había entregado la carta de confesión hoy al de tez pálida, había sido nada más, ni nada menos que el mismísimo Boruto Uzumaki. 

Desde hace ya un buen tiempo los cálidos sentimientos del amor habían estado surgiendo en su corazón. Cuando pasaba tiempo con el peli-celeste quedaba embobado al verle sonreír, le tartamudeaba cuando le decía cosas muy directas como cuando lo llamaba "mi sol". Cosas así, solo hicieron que el pequeño adolescente, de tan solo dieciséis años, sufriera por fin lo que conocemos como primer amor. 

Cartas de TontosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora