Capítulo Diez.

249 21 8
                                    

Era de tarde cuando el rubio había salido a pasear por un rato, o más bien, había salido para buscar,  disimuladamente, el encontrarse con Mitsuki, para ya por fin decirle sus sentimientos de frente.

Se había despedido de su madre y Kawaki, quienes estaban en el comedor, decidiendo que iban a preparar para la cena. El pelinegro, al ver que ya Boruto se iba, se acercó a él, y tomándole de los hombros le deseo las mejores de las suertes. El rubio apreció mucho el gesto, ya conociendo todo lo que había detrás.

Antes de salir, se dio para sí mismo, una gran sonrisa, se sentía cada vez más seguro...

Pero esa nueva adquirida seguridad se desvaneció un poco rápido, cuando se encontró de frente con quien le había causado tantos revoloteos en sus emociones estos días, Mitsuki.

• ──────────  ✾  ────────── •

Se encontraron cuando Boruto estaba pasando alrededor de una tienda de convivencia y el peli-celeste salía de hacer sus compras para la semana, lo que no era mucho, porque como vivía solo no necesitaba hacer tantas compras.

—Ey, Boruto, ¿Está todo bien? -Habló acercándose cuando se percató de su presencia.

El rubio, quien andaba en su mundo, aterrizó forzosamente y empezó a sentirse algo ansioso. Alejó el dedo pulgar de su boca, ya tenía un buen tiempo sufriendo de mordidas nerviosas.

—¡Todo bien! Acá andaba caminando para encontrarte, quería verte, de veras. -Tosió incómodo, buscando recomponer su postura.

—¿Ah, sí? -Boruto asintió. El oji-amarillo sonrió levemente, se le ocurría una idea del por qué lo había buscado, pero quería escucharlo directamente de él. —Y eso... ¿A qué se debe?

—Ya me si-siento preparado para hablarte sobre ese tema... -Vio a su alrededor, había bastante gente. —¿Podríamos primero ir a un lugar más tranquilo para hablarlo? No me gustaría que seamos escuchados... Es algo... Privado.

—Lo entiendo, no te preocupes. Conozco un buen sitio al que podemos ir. -Con su mano libre, tomó la de Boruto entrelazando sus dedos, el rubio se sonrojó levemente.

Era increíble como una acción tan pequeña como esa hubiese ocasionado que su corazón diese un vuelco.

Ambos comenzaron a caminar hacia el punto que únicamente conocía el peli-celeste, fueron unos minutos de un absoluto silencio. Por suerte era uno cómodo, al menos para cierta parte.

Boruto, no le gustaba que estuviese todo tan callado, pero no sabía qué tema sacar para romper el ambiente silencioso, gracias a los nervios que acumuló su mente. En cambio, Mitsuki, como disfrutaba del silencio, no intentó hacer algo contra el.

• ──────────  ✾  ────────── •

—Bueno, llegamos. Es un buen lugar para hablar, ¿No lo crees? -Habló finalmente Mitsuki, luego de que llegarán a un espacio rural, y en comparación al lugar en que estaban antes, este estaba completamente desolado de personas.

—¡Es perfecto, de veras! -Boruto rápidamente se separó del agarre de Mitsuki, provocando que reciba una mirada curiosa, gesto que ignoró. —Ven, vayamos a sentarnos, estaremos un rato hablando.

El rubio comenzó a dirigirse hacia uno de los tantos árboles que tenía este espacio verde, quería sentarse en la sombra porque hoy era uno de esos días calurosos, en los que se prefiere pasar el mínimo tiempo bajó el terrible sol.

El oji-amarillo asintió y le siguió. Ahora ambos se encontraban sentados, bajó uno de los grandes árboles de Konoha, en el cual, durante estos últimos tiempos, muchos adolescentes enamorados, hacían la típica tradición de tallar sus iniciales dentro de un corazón, quién sabría si esas parejas seguirán juntas hasta la fecha.

Cartas de TontosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora