Una hoja forjada en las cenizas

Capitulo 24

Me rindo." Ren dijo en voz baja mientras se paraba sobre el borde del techo. Podía ver gran parte de la ciudad desde donde estaba, pero eso era simplemente un recordatorio de por qué estaba allí. "Renuncio a este mundo".

El mundo era un lugar sin color y sin sentido. Lleno de dolor y tristeza.

Había tratado de encontrar algo por lo que vivir, algo hermoso para admirar, pero simplemente no estaba allí. Incluso si tuviera la fuerza para seguir buscando el ideal que deseaba, al final no tendría sentido. No había belleza en este mundo, nada por lo que luchar. Por eso estaba resuelta a despedirse de todo.

"¿¡Hey qué estás haciendo!?"

Ren se dio la vuelta para encontrar de repente a una chica vestida con un vestido rojo y blanco con volantes amarillos en la parte inferior. Su cabello estaba atado en colas laterales con un par de cintas rojas y blancas. Era pequeña, más baja que Ren, pero eso significaba poco teniendo en cuenta lo extrañamente vestida que estaba y cómo había aparecido en la azotea tan rápido.

¿Otro mago? ¿Como el hombre que la había salvado una vez hace tantos años? Si ella fuera como él...

¡Entonces necesitaba saltar rápido!

"¡No!" gritó la chica.

Determinación esparcida por su rostro; Ren se tiró del techo. Su resolución no vaciló incluso cuando se precipitó hacia el suelo.

Ren cerró los ojos, contenta con su decisión. Esta vez no se arrepintió. Estaba preparada para lo que estaba por venir.

Finalmente, golpeó algo. Pero no era el suelo. Era demasiado suave, demasiado caliente para eso.

Ren casi esperaba abrir los ojos al hombre de negro y rojo de nuevo. Ver esa mirada de decepción en su rostro una vez que se dio cuenta de que todo lo que había hecho no tenía sentido. En cambio, fue esa chica en el techo a quien Ren vio. Quién la atrapó, como lo había hecho ese hombre. Sin embargo, sus brazos eran mucho más delgados... más suaves pero desmentían tanta fuerza.

¿Por qué?

Ren no pudo volver a suicidarse. ¿Podría ser que no era su destino morir?

La chica la miró preocupada mientras aterrizaba en el suelo con Ren todavía en sus brazos. Era diferente a la expresión de ese hombre. No había duda o vacilación en su rostro. Simplemente preocupación. "Como, ¿¡qué diablos *huff* estás haciendo!? *Huff*... *Huff*..."

"Lo siento." Fue todo lo que Ren pudo decir mientras la chica la miraba. "Lo siento... De verdad... T-te atrapaste... Yo.. yo sé que soy pesado..."

Ren no lamentaba que ella hubiera intentado suicidarse. Lamentaba que esta chica tuviera que meterse en problemas para salvar a alguien como ella. Tal vez sería mejor hacerlo fuera de la ciudad. Encuentra un lugar donde su cuerpo no se interponga en el camino de nadie.

"¡No-No-No! Eso no es todo", le gritó la chica. "¿Por qué estabas tratando de suicidarte?"

"... Errr. Umm... bueno..."

"¿Sí?" preguntó la chica.

"..."

Ren se cruzó de brazos y permaneció en silencio. Desde que era una niña, cada vez que intentaba decir algo, el mundo desaparecía antes de que salieran de su boca. Cuanto más intentaba hablar, más era como si tuviera algo atascado en la garganta. Por eso los otros niños de su escuela se burlaban de ella.