𝐈𝐀𝐋|| I will love you until the day after forever
Raquelle Argent llegó con su hermana, Norah, a Beacon Hills en un intento de hallar paz pero nada de eso resultó cuándo su madre y hermana murieron a causa de un alfa psicótico en busca de venganz...
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Camino por el bosque tratando de no hacer mucho ruido. Hace unos minutos llegué acá y aún no los encuentro. Un sonido, específicamente la voz de mi amigo, McCall me hace sonreír.
Me acerco a donde están, una fabrica abandonada, y veo a Jennifer encerrarse en un circulo de serbal. Mi paso se apresura, y llego detrás de Derek.
—Hola, mentirosa.—Anuncio mi llegada con esas palabras, Scott me mira con los ojos abiertos y Derek junto a Deucalion solo me miran.
Scott mira a Jennifer sin saber que hacer y yo me acerco a él.
—Scotty, hazlo.—Le digo, él asiente y se acerca al circulo coloca sus manos tratando de pasarlo pero una especie de pared invisible no le permite. Scott no se rinde y sigue empujando, todos lo miramos.
Scott logra pasar una mano causando que los presentes nos impresionemos. Ese mi Scotty. Luego logra pasar entero y rompe el circulo, Jennifer cae hacia atrás.
—¿Como hiciste eso?—Pregunta con temor e impresión al mismo tiempo.
—Ahora soy un alfa.—Dice Scott con seriedad. Una sonrisa grande se dibuja en mi rostro.—Detén lo que estés haciendo para causar la tormenta, o te mataré yo mismo.
Mis ojos se abren en cuanto dijo eso, él no sería capaz ni de aplastar una mosca sin juzgarse así mismo.
—Y no me importa que me altere el color de mis ojos.—Esa amenaza si es muy caliente.
Deucalion se levanta y mira a Jennifer.—No cambiará el de los míos, así que permíteme.—Él se empieza a acercar pero yo apreto mis labios y me pongo detrás de Jennifer. Todos me miran.
Y la verdad no se ni lo que estoy haciendo. Bueno si, si lo se. Quiero venganza. Quiero sacar mi odio y frustración de la mala manera.
—¿Raquelle...?—Pregunta Scott pero no lo miro.
Me gacho detrás de Jennifer y apoyo mi daga, y no, no es la normal. Esta si que es la letal.
La respiración de ella se atora y eso me causa satisfacción muy dentro de mi ser.
—Has causado muchas cosas, Jennifer. Has hecho muchas cosas, muy malas. Mereces un castigo.—Le susurro al oído.—Y lo tendrás. Dije que te mataría y lo haré.—Apoyo la daga con más fuerza en su cuello mientras que con mi otro brazo lo tiro su cabello hacia atrás.—Esta...—La daga empieza a moverse con un poco de fuerza.—Es...—La sangre empieza a hacerse presente.—Mi...—La daga llega a casi la mitad de su cuello.—Venganza.—Hago que la daga pase rápidamente por su cuello. De lado a lado.
La sangre de ella empieza a salir a borbotones y sus manos de dirigen directo a su garganta tratando de frenar el sangrado. Pero no puede, es tarde. Puedo sentir como algunas gotas del liquido carmesí salpican mi rostro. Sus ojos están abiertos al máximo y un el ruido de su propio ahogo hace que una sonrisa interna se dibuje, mi rostro está serio. Pero por dentro, siento felicidad y euforia. Mi venganza, mi dulce venganza se cumplió.
