Día 1.

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El pequeño sollozaba sin parar pidiendo piedad por su amado padre, todos a su alrededor le vieron con tristeza y otros con una sonrisa triunfadora, aquel pequeño ser, imploro por piedad hasta que su garganta se seco

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El pequeño sollozaba sin parar pidiendo piedad por su amado padre, todos a su alrededor le vieron con tristeza y otros con una sonrisa triunfadora, aquel pequeño ser, imploro por piedad hasta que su garganta se seco.

—¡Abuelo! ¡abuelo perdona a mi padre! -Los gritos del pequeño le llegaron a más de uno al corazón — ¡Prometo hacer todos los deberes de mi padre! ¡abuelo por favor! Prometo ser un gran príncipe, ayudare en todo y seré obediente.

El anciano rey miró a su nieto y negó, los guardias llegaron por el y se lo llevaron, desde las afueras los gritos del pequeño príncipe fueron escuchados por todos los presentes.

—¡Perdona a mi padre abuelo! ¡abuelo! - su madre lo pego a ella y miro por última vez lo que seria la tumba de su esposo, luego de eso las puertas se cerraron y con ello las esperanzas de salvarlo.

—¡Perdona a mi padre abuelo! ¡abuelo! - su madre lo pego a ella y miro por última vez lo que seria la tumba de su esposo, luego de eso las puertas se cerraron y con ello las esperanzas de salvarlo

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Tiempo atrás.

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El Príncipe trágico |Sado ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora