Capitulo 4

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Al llegar casi al final de su camino el hombre se encontró su última prueba.
Frente a él estaba la montaña más alta que jamás había visto y dónde estaba el lugar donde el sol se oculta. No tenía ni idea de cómo subir, si tardaría aún más o que si llegaría a salvo a la cima, pero aún así confiado subió como pudo descansando en los terrenos planos y aún que ya no tenía comida eso no pareció preocuparle. Subió y subió, escaló y escaló y llegó a la mitad, se detuvo y contempló la vista y empezó a dibujar en la hoja que le quedaba.
¿Por qué me darían está tarea los dioses? ¿Por qué de entre tantos yo fui elegido?
El hombre cuestionó las razones por las que estaba ahí e incluso reflexionó de todo lo que había vivido y así se quedo hasta dormirse. La mañana siguiente despertó y se dio cuenta que ya estaba a pocos metros de la cima, mágicamente lo habían subido mientras dormía así que emocionado por terminar la tarea de los dioses agarro sus cosas y subió más rápido que ayer y en cuestión de dos horas llegó a la cima.
En la cima estaba la mujer más hermosa que sus ojos habían visto. La mujer era la contraparte del hombre, la mujer emanaba el aura de la felicidad, esperanza y todo lo bueno del mundo en qué vivimos pero había algo malo ella estaba agonizando, parecía que entristecía más y ese color amarillo divino se estaba tornando en un gris. El hombre se acercó y le dijo que podía hacer para ayudar, la mujer solo lo miro. Sin saber que hacer utilizó todo lo que había vivido en su viaje, experiencias y vivencias del pasado que para el le daban ganas de vivir y ser sentirse bien.
Así que se sentó junto a ella y le contó todo lo vivido, todas las experiencias y el recorrido que tuvo que hacer para llegar a ella, le mostró sus dibujos de cada uno de los lugares que vio y le dio regalos entre ellos la rosa que había traído desde ya su lejana casa la puso en las manos de aquella bella mujer y parecía que todo lo que había hecho dio resultados. La mujer poco a poco recuperó su aura y la felicidad regreso a ella y a todo el mundo el hombre feliz por cumplir su tarea plantó la semilla de aquella anciana y rápidamente estaba brotando un manzano gigantesco pero no solo eso también crecían duraznos, árboles con flores de muchos colores y demás plantas por todos los lados de aquella montaña y que se seguía extendiendo hasta la base, los cielos se despejaron y el azul del cielo y el sol aparecieron y llenaron de vida lo que ya estaba muerto y así el hombre vivió una viaje tan épico buscando lo más preciado para la humanidad un rato de “felicidad”

–Fin.

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