Capítulo 8 - Lisa

5 0 0
                                    

Lisa sale desconcertada de la sesión con su psiquiatra.

No se lo puede creer, se ha despedido de ella. A partir de ahora su médico es el Dr Andrés, pero ella no tiene ninguna intención de que eso sea así.

Su psiquiatra es el Dr Hernández. Su doctor Hernández. Su querido Miguel Hernández.

Al parecer dentro de unos días comenzará a trabajar en una clínica nueva y no podrá atenderla.

¿Cómo se atreve a destrozar lo que tienen?

Lisa camina a casa pensativa.

¿Es esto una prueba de Miguel? ¿Le está queriendo decir algo? Ella sabe perfectamente que las consultas son solo una excusa para verse. Que ambos están enamorados. Solo que Lisa aún no ha sido capaz de declararse y siempre le habla en clave.

Tal vez él está haciendo lo mismo.

¿Y si la está invitando a ingresar en el centro para poder pasar más tiempo juntos? ¡¿Cómo no ha podido darse cuenta antes?! Miguel no tiene suficiente con pasar una hora con ella y necesita más tiempo.

Ahora solo necesita un plan. ¿Cómo va a lograr ingresar? Ni siquiera sabe en qué centro está.

***

Después de estar horas y horas buscando en su Mac lisa encuentra el nuevo hospital que se va a abrir en su ciudad.

Es un hospital privado, el dinero no es problema para ella.

Ahora solo le queda fingir un suicidio.

Coge una hoja de papel y una de sus plumas más preciadas. Escribe una carta a sus hijos contando que ya no puede más con la soledad de la vida. Que desde que se murió su marido su corazón está roto y sin vida. Les dice que les quiere y que espera que la vida no les trate tan mal como ella.

Sonríe maliciosa, ya se imagina con sus batas de seda blancas en el hospital junto a Miguel.

Después abre una de sus botellas de vino más caras, pone un poco en una copa y lo que sobra lo vacía por el desagüe.

Abre su paquete marlboro y enciende 15 cigarrillos, los deja quemar en el cenicero y se acerca al armario donde guarda todas sus pastillas.

Vacía todas las cajas, deja los blísters tirados en el suelo, y tira por el inodoro la mitad de las pastillas. Otras tantas las deja por el suelo y unas pocas se las traga.

Se sienta sobre la alfombra y espera a que llegue su asistenta mientras se bebe su champán preferido.

Cuando ve desde la ventana del jardín acercarse a su asistenta se tumba.

Dolores abre la puerta y se asusta al ver a su señora en esas circunstancias.

-Señora, señora. Responda.

Dolores llama al hospital de Lisa y en pocos minutos una ambulancia la recoge de su casa y la lleva al hospital.

Un famoso doctor y sus enfermeras de confianza atienden a Lisa.

-Doctor, la concentración de alcohol en sangre es alta, pero no necesitará carbón activado. ¿No le parece raro teniendo en cuenta la cantidad de blísteres que había?

-Que no salga de aquí.

Cuando Lisa "despierta" todo estaba preparado.

-Señora Álvarez, usted ha tenido un intento de suicidio y lo mejor será que ingrese en un hospital de salud mental por si lo vuelve a intentar. Es mejor tenerla en estado de vigilancia. Hemos recomendado que ingresa en Mente Sana.

-Gracias doctor, mañana mismo recibirá la transferencia.

Y acto seguido Lisa salió del hospital.

MENTE SANA - PsiquiátricoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora