Capítulo 6: El peligro del villano

628 49 10
                                    


Las horas pasaban y la comida finalmente había terminado. Inuko, después de mucho tiempo, por fin había empezado una conversación con Soda. Mientras que Miu entraba dentro de la casa, al mismo tiempo que Mei agarraba el brazo de Izuku y lo arrastraba a dentro de su casa.

Mei: ¡Te va a encantar todos mis bebés! —Izuku quería decir algo, pero Mei simplemente no le dejaba. Los dos chicos subieron unas escaleras hasta que llegaron a la habitación de la pelirosa.— ¡He aquí, mi laboratorio! —Mei se quito sus gafas, poniéndoselas a Izuku, tapándole los ojos con ellas.— No puedo dejar que mires mi contraseña para entrar. —La chica presionó un botón a un lado de la puerta y un panel de dígitos apareció e introdujo la contraseña numérica. Ya está. —Le quito las gafas a Izuku y se las volvió a poner, entrando a la habitación junto a Izuku.— ¡Te presento el paraíso!

Izuku: Vaya... —Su mirada pasaba por toda la habitación, pudiendo ver todo totalmente desordenado y lleno de herramientas e inventos sin terminar por el suelo.

Mei: Antes de que digas nada, si lo se. Es bellísima. —La chica entró más adentro de la habitación, sentándose en su silla y mirando su escritorio, donde se encontraba un extraño invento.

Izuku: Si tu lo dices... —Con algo de nervios entró a la habitación, observando todo con detenimiento.— Qué es es... —Mei pudo escuchar un ruido estridente. Al girarse pudo ver a Izuku con la cabeza en el suelo y su cuerpo totalmente tumbado.

Mei: Por Dios amigo, un poquito más de cuidado. —Se levantó de su silla, acercándose a Izuku y levantándolo del suelo.

Izuku: Un poco de limpieza no estaría de más. —Mei ignoró por completo a Izuku, agachándose y agarrando el invento con el que Izuku se había tropezado.— ¿Qué es eso? —La chica dio un suspiró.

Mei: Es uno de mis proyectos, el perro robot. —La expresión de Mei era una de angustia y algo de decepción.— Pero aún es imposible utilizarlo.

Izuku: ¿Y eso? —Mei dejó el inventó en su cama, acercándose a su escritorio y abriendo uno de los cajones. Izuku pudo ver como el cajón estaba repleto de papeles. La chica sacó un papel y se lo entregó a Izuku.— ¿Eh? —Intentó leerlo, pero simplemente no pudo entender nada porque simplemente no sabía leer.

Mei: Mi padre y yo seguimos probando diferentes fuentes de alimentación, pero aún seguimos sin encontrar una que se adapte completamente, por lo que siempre explota. —La mirada del peliverde fue hacia el perro, el cuela tenía los ojos totalmente apagados.

Izuku: ¿Y porque no pruebas otra energía? —Mei dejo caer su cabeza en su escritorio, haciendo que Izuku se quedase callado y no dijese nada más. Su curiosidad fue grande y sus pies caminaron hacia la cama de Mei, donde se encontraba el perro robot. Su brazo se acercó al perro y al mí momento de hacer contacto, algo comenzó a moverse dentro de la camiseta de Izuku.

Mei: ¿Eh? —Al girarse pudo ver como Izuku tenía su brazo completamente envuelto en raíces que provenían de dentro de su camiseta. Las raíces comenzaron a estirarse hacia el perro robot, entrando dentro del inventó.— Oye, ¿Qué estas haciendo?

Izuku: No lo se, empezó a hacerlo solo. —Mei miraba como las raíces viajaban por todo el interior del perro, hasta finalmente enrollarse por completo en el núcleo y la fuente de alimentación.— Ha dejado de moverse. —Los niños pudieron ver como una tenue luz verde empezaba a viajar por las raíces hasta llegar al núcleo y fuente de alimentación del perro robot.

El Héroe De La Madre TierraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora