Capítulo 5: ¡Los Hatsume!

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Las semanas pasaban e Izuku se encontraba sentado en su cama, mirando al techo con la mirada perdida. Su cuerpo estaba en su cuarto, pero su mente estaba recordando aquel día cuando su don se manifestó. Realmente no estaba perdido en su mente por su don, si no por la chica que conoció ese mismo día que no ha vuelto a ver.

Izuku: Mei... —Aquel día Mei le dijo de que se reunirían la siguiente tarde, pero simplemente no tuvo el valor de ir, estaba demasiado nervioso para poder volverla a ver.— ... —De repente la puerta de su cierto se abrió y el peliverde cayó al suelo por culpa del susto que se llevó.

Himiko: ¡Maldito Dios de mier... —Antes de que pudiera continuar con su furia se detuvo en seco al ver a su hermano levantarse del suelo.— Ups, pensaba que estabas con mamá. 

Izuku: ¿Por que entras dando gritos? —La furia de Himiko volvió, dejando en su escritorio un folio con diferentes preguntas y en la esquina superior derecha, un 45 redondeado en rojo.

Himiko: ¡No he llegado la 50 por que me confundí y puse que Aquiles era el Dios de la guerra, pero en verdad era Ares!  —Con mucha furia se lanzó a su cama, comenzando a hacer una rabieta.

Izuku: Ah. —El chico volvió a su cama, tumbándose y volviendo a mirar al techo.

Himiko: Oye Izuku... —El mencionado giró su cabeza, viendo como su hermana por fin se había calmado.— ¿Quieres ir al parque? —La cara de Izuku se quedo completamente roja cómo un tomate.— ¿Estas bien?

Izuku: ¡S-sí! —Himiko se extrañó de ver como su hermano se había ido de la habitación a una gran velocidad.

Himiko: ¿Pero que le pasa? —La chica se levantó del su cama, saliendo de la habitación, caminando hacia las escaleras de la casa. 

Timeskip

En el parque

Inuko: Aire fresco. —Respiró profundamente, relajando su espalda en el respaldo del banco. El sol en su piel era reconfortante y tranquilizador,  nada más abrir los ojos algo a gran velocidad pasó por delante de el. Durante unos segundos estuvo mirando a la nada con una sonrisa, hasta que giró su cabeza y pudo ver a una chica de pelo rosa encima de su hijo, quien estaba totalmente rojo.

Himiko: ¿Otra vez? —La chica de pelo rosa puso sus brazos en el suelo para levantarse del suelo, mirando detenidamente al chico debajo de ella.

Mei: ¡Tú! —Los ojos de Izuku daban vueltas del nerviosismo.— ¡Sabía que no eras parte de mi imaginación! —Mei se levantó del suelo, levantando de golpe a Izuku y mirándolo con una gran sonrisa.— ¡Izulu! 

Himiko: Izuku.

Mei: ¡Izuku! ¡Ven conmigo! ¡Vas a conocer a papá! —Inuko y Himiko estaban viendo como Mei agarró del brazo a Izuku y empezó a correr, arrastrado al niño por todo el parque. 

Inuko: Sera mejor que vayamos a buscarlo. —Himiko asintió, por lo que ambos se levantaron del banco y siguieron a Izuku y Mei.

Mei: ¡Papá! ¡Aquí esta el chico que te decía! —Izuku era un mar de nervios, por algún motivo desconocido Mei, una chica que apenas conocía de un día le estaba llevando hacia su padre. El peliverde pudo ver a un hombre muy alto de espaldas, su cabello era rosa y largo hasta los hombros, traía puesto una gorra y vestía un mono de mecánico, como su hija.

El Héroe De La Madre TierraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora