(XV) La farsa

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Nuestras manos se han encontrado,
el muelle ha sido testigo,
nuestros ojos ahora se buscan,
para darle un sentido amigo.

Te acercas sin decir nada,
dejando a tus ojos hablar,
y yo, hipnotizado, te sigo
porque sé que me quieres besar.

El tiempo se para, menos mal,
pues yo necesito un momento para disfrutar,
¿acaso en mi mente has ahondado
para regalarme este final?

Parece, entonces amigo,
que los besos no están tan mal,
y que no era yo solo testigo,
de la farsa de nuestra amistad.

Yo, pero contigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora