(LXXVI) Donde siempre

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Un abrazo desganado,
tú me aprietas, no me quejo,
la sal se me ha escapado,
y ahora yace en tu pecho.

Me pides que me siente,
que te escuche, y yo me siento.
Eso hacen los amigos,
y es el tiempo de descuento.

Estamos en el muelle,
donde siempre, qué rastrero;
tú me besas en silencio,
y en silencio, yo me dejo.

Yo, pero contigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora