(LXXX) Triste amor

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El muelle es el testigo
de la tristeza de este acto,
de cómo dos amantes
se despiden con el tacto.

Besos con sabor a pena,
que la sal ha envenenado,
caricias de piel ajena,
que buscan lo recordado.

Los gemidos son sollozos,
vive en paz, te he perdonado;
y entre besos sin sentido
tú terminas lo empezado.

Yo, pero contigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora