Cruel desenlace

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*Narrador*

-Hola... mi amor- al escuchar aquellas palabras el cuerpo de Hitomi se tenso y sus piernas comenzaron a ceder ante el terror que se impregno en su ser. En señal de reacción, intentó cerrar la puerta pero como era de esperarse, fracaso. Manjiro evito que la puerta se cerrará y respondió azotando la puerta y derribando a quien solía ser su pareja. Con esto un gran escandalo dio inicio, pues los gritos de la chica que lo miraba con un pánico inminente en sus ojos mientras se arrastraba por el sucio piso implorando por ayuda eran increíblemente fuertes y sumamente audibles -Shhhhh... no servirá de nada que grites, nadie vendrá por ti- dijo Manjiro mientras se ponía en cuclillas frente a ella para quedar a su estatura y retiraba los cabellos desordenados de su rostro para dejar ligeras y delicadas caricias sobre este. 

-Per... perdóname, te juro que yo no quería esto... Hanma me obligo, el me forzó- rogaba porque Manjiro creyera en ella y así poder salvar su vida -Yo te amo... no quiero a nadie más- dichas palabras colmaron la paciencia del mencionado pero a su vez nublando la poca razón que le impedía actuar como estaba previamente planeado pues muy en el fondo, el escucharla pronunciar aquellas palabras lo hicieron dudar... quedando completamente ciego y vulnerable frente al monstruo que creía amar. Sus brazos comenzaron a abrirse con lentitud para envolver al cuerpo débil y delgado que temblaba sin parar -Aún podemos ser felices, Manji... solo dejemos esta ciudad y comencemos nuevamente- por su parte, Hitomi comenzaba a sentirse segura de tenerlo en sus manos a su gusto y aquel fuerte abrazo se lo dejó en claro... la inestabilidad emocional existente en Manjiro juega como el peor arma en su contra y ella lo sabía a la perfección.

-¡Cállate de una maldita vez... perra de mierda!- un tercero entro en acción con un fuerte grito cargado de furia, y no fue nadie más que Sanzu, quien se acercó con rapidez al notar la indecisión de su líder -¡Mikey... ella estuvo a punto de matarla!- estaba cargado de odio pero su odio no reaccionaba -¡CASI PERDEMOS A ELIZABETH Y A LOS NIÑOS POR SU CULPA!- tomó con fuerza el hombro de Manjiro y lo apartó de los brazos de la mujer que para él era la peor víbora... era la primera vez que Sanzu actuaba en contra de su "rey".  -¿A caso ella es más importante que la vida de ellos tres?... ellos son tu familia- fueron las palabras que derramaron algunas lagrimas del rubio, poniéndose de pie y caminando a la salida del lugar. 

-Duérmela... esperaré en la camioneta- fueron las únicas palabras que Manjiro expresó antes de dejarlos solos. 

-¡Manjiro... Manjiro, vuelve!- gritaba con desesperación -¡Maldito infeliz... no tenías porque interferir!- Sanzu sonrío mientras sacaba de su gabardina una jeringa que contenía un fuerte somnífero -Eres como un perro... me das asco- pronunció para después escupirle en el rostro... acto que Haruchiyo respondió con una gran sonrisa y un fuerte golpe que impacto en su rostro.

-Te haré pasar por todo lo que ella... sufrirás el mismo dolor que ella padeció- refiriéndose a Elizabeth -Pero con una gran diferencia... y es que yo no cometo errores, yo no te dejaré con vida- los ojos de la chica se abrieron debido a la impresión. 

-¿Dices que ella no murió?- el negó entre risas y sujeto su brazo para inyectar aquel sedante... ella no lucho en lo absoluto. Ella creía que todo lo que tuviera que enfrentar a quien fuera valdría la pena pues Elizabeth ya no habitaba en el mismo mundo que ella, así que enterarse de lo contrarío le quito las ganas de luchar. 

El liquido corrió por sus venas y a los pocos minutos se desplomo.

Haruchiyo la arrastro hasta llegar a la camioneta que esperaba por él desde incontables minutos. Manjiro por su parte estaba perdido, como si una lucha interna se estuviera llevando a cabo dentro de su ser... se maldecía por haber traicionado de esa forma a la única familia que le queda.

Sufrimiento Y FelicidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora