Que gran vida

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*Narra Ran*

La fiesta de cumpleaños de los gemelos se llevó a cabo sin el menor inconveniente al estar presentes todas las figuras adultas que ambos niños amaban y disfrutaban de su presencia. Asintieron algunos de sus compañeros de clase y muchos otros faltaron a causa de temor de los padres debido al incidente ocurrido un día antes. 

Yuri y Tsubaki corrían animados y felices por todo el jardín junto a sus amigos mientras se arrojaban confeti en una especie de guerra mientras los adultos conversábamos con tranquilidad y algunas bromas y burlas de por medio. 

Al partir el pastel y pedir sus deseos ambos lucían bastante animados y radiantes de felicidad pero no era nada si comparábamos la reacción en sus rostros al abrir los regalos que con dificultad ocultamos durante meses. Ambos estaban bastante satisfechos con lo que "sus tíos" habían escogido como presente y la celebración que se planeo con temática de héroes de Marvel. 

Todo terminó y se retiraron a sus hogares después de un rato, Elizabeth acostó a los niños mientras yo limpiaba todo el desorden que quedó como consecuencia de juntar a quince niños con un montón de confeti y espuma pero valía la pena si ese era el precio de ver semejantes sonrisas decorando su rostro. 

Antes de dormir me pidió acompañarla a la farmacia por unas pastillas para el fuerte dolor de cabeza del que dijo estar siendo victima, supuse que se sentía mal por el gran disgusto que había vivido por culpa de Manjiro un día atrás y por el estrés que llevaba acumulando durante semanas. 

***

Desperté con pesadez pero al identificar las 7:00 am que señalaba nuestro reloj mis intenciones de levantarme se convirtieron grandes ganas de volver a dormir, giré mi cuerpo para abrazar a la figura delgada que dormía junto a mi pero la cama estaba vacía y ella no despertaba así de temprano. 

Bajé de la cama creyendo que podría estar en la cocina, iría a convencerla de volver conmigo para dormir al menos tres horas más o al menor recibir sus mimos de manera exclusiva; debía compartir su amor y muestras de afecto con los dos monstruos que la acaparaban por completo la mayor parte del día pero me era inevitable sentir la implacable necesidad de ser su centro de atención cuando me era posible y siempre lo disfrutaba por completo. 

El sonido de la cadena del baño siendo jalada atrajo mi atención y mi intención de bajar se esfumó, completamente victorioso, entré nuevamente a las sabanas y esperé pacientemente a que mi mujer hiciera acto de presencia y admirar su lindo rostro por primera vez en el día, pero me cansé de esperar al ser demasiado el tiempo que demoró dentro del baño. 

-Bonita... ¿esta todo bien?- toqué múltiples veces la puerta en su llamado.

-¡No, digo, si!- no comprendí como se suponía que debía interpretar aquella respuesta -¡Ya salgo, espérame!- suspiré completamente confundido pero preferí no insistir o podría enojarse y era muy temprano para iniciar una discusión por algo tan tonto. 

-Bien, tomate tu tiempo- el sueño en mi cuerpo había escapado por la puerta y en su lugar dejó una gran incertidumbre mientras observaba el techo de nuestra habitación. Amaba profundamente la vida que ambos habíamos construido con el paso de los años, definitivamente no era la vida que había planeado durante años... esta era mejor, era jodidamente perfecta. 

-Ran...- su dulce voz era mi melodía favorita, esta mujer me tenía a sus pies -¿Qué tan relajado estas?- cuestionó al pie de la cama un tanto seria pero a su vez sus ojos mostraban aquel brillo que tanto adoraba ver. 

-Estoy muy relajado, pero tenerte entre mis brazos lo aumentaría- sonreí satisfecho al verla reír con un poco de sonrojo en sus pálidas mejillas -¡Ven aquí, ya espere mucho tiempo!- permanecía estática en el mismo lugar respirando de manera lenta y profunda como si necesitara tomar valor. 

Sufrimiento Y FelicidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora