John
Un camarógrafo del noticiero local de la hermosa ciudad de Londres, Inglaterra. Se hallaba en pleno reportaje en la plaza central el viernes 24 de mayo de 2019 justo cuando comenzaban los militares a prepararse para el toqué de queda en la ciudad a las 6:02 am. Debido a que la cifra de afectados había aumentado en 100% los últimos dos días.
- Buenos días Mónica, así es. Como podrán observar las calles están siendo evacuadas para el próximo toque de queda que ordenó la OMS para evitar el contagio masivo entre los civiles -. Decía Félix el cual se le notaba algo nervioso no solo por el riesgo que corría ahí fuera sino porque también era su primer día.
Mientras John trataba de mover las cámaras para mostrar las calles y cómo iba el proceso en la plaza, el sonido de una ventana lo hizo alarmarse y cubrir su cabeza. Trozos de vidrio cayeron sin hacerle daño alguno. Sin embargo, a Félix le cayó un cuerpo encima y lo desplomo en el suelo. La transmisión se cortó de inmediato. John quedó boquiabierto y petrificado, hasta que los gritos de arriba lo sacaron del shock. Escuchó "cuidado" y "huye" repetidas veces de dos voces diferentes mientras otra solo gritaba "¡NO!". El cuerpo empezó a moverse y hacer ruidos, terminando por voltearse y comenzar a devorar el cuerpo. John retrocedió tres pasos temblando e hizo crujir los vidrios. El sonido atrajo la atención de este y se dio vuelta lentamente hasta quedar viéndolo fijo. John no podía correr, sus piernas no respondían solo temblaban. Fue cuando el monstruo empezó a andar hacía él que logro darse vuelta y correr. Miraba de reojo hacía atrás para asegurarse que tenía ventaja. Le perdió la vista al doblar una calle y se detuvo en seco.
- ¡Quieto! -. Dijo el soldado apuntándole.
John quedó inmóvil y antes de advertir al soldado. Cayó al suelo como un árbol al ser cortado desde la base. Sin embargo, logró resistirse lo suficiente para que el soldado le dispara al zombi antes de que este le mordiera el cuello. El monstruo cedió con el tiro en la cabeza y manchó a John de sangre en el rostro, y antes de siquiera quitarse el muerto de encima, otro soldado posó un pie sobre su pecho y jalo del gatillo.
- ¡Sargento! no estaba infectado -. Expresó ante su superior el soldado.
- Tenemos órdenes, cabo. No podemos arriesgarnos a nada.
- Señor, pero no hizo contacto con el infectado.
- ¿Que no entiendes? Se trasmite por saliva, sudor o sangre. No podemos arriesgarnos. Acostúmbrate porque puede que nos encontremos con situaciones similares. Ahora vuelve con el pelotón -. Expreso irritado y en tono de orden.
El Sargento se quedó viendo el cuerpo y luego alzó la vista a los edificios de alrededor. Logró ver que en algunas se asomaban personas que probablemente habían visto toda la escena. Miró por segunda vez el cuerpo y se marchó. Mientras las nubes en la ciudad advertían a la localidad de que una posible tormenta se avecinaba.
Soldado
Luego de lo sucedido, el soldado intentaba mantener firme los pensamientos en su cabeza con respecto a la situación y eso no le estaba saliendo muy bien. Mientras volvía junto al pelotón, a solo unas cuadras de donde estaba, se encontró con otro acto un poco parecido, solo que esta vez el zombi si estaba comiéndose el cuerpo de alguien. Sé quedó quieto, ni siquiera se molestó en desenfundar su arma, unas gotas empezaron a caer y alzó la vista. Al bajarla vio que el muerto caminaba hacia él, detallo bien su rostro y no parecía estar tan putrefacto. Intentó sacar el arma y esta se atoró en su pantalón. El camino entre ellos se hacía cada vez más corto. El susto no le permitió oír los pasos apresurados que se aproximaban tras él y antes de ponerse en posición de combate una bala le silbó cerca del oído.
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Al Borde De La Extinción
Teen FictionOtro apocalipsis zombie poco original, pero entretenido en lo que cabe. El descenso de la sociedad y la poca esperanza a la que se aferran algunos. Inspirada en mi patetica vida durante la cuarentena. Está escrito en primera y tercera persona.