Contagios 2

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Verónica (Reino Unido)

  Londres, una niña pequeña que no salía a las calles desde hace tres días se despierta súper activa e intenta despertar a su madre un sábado a las 7:18 am, quien después de no conciliar el sueño en las últimas 48 horas roncaba debido al cansancio. A su vez el hermoso perro de raza Golden llamado Rambo que tenían desde hace 1 año, ladraba en la ventana atrayendo así, la atención de la niña. Ella se dirigió hacia él y al correr la cortina de la ventana logró ver un montón de zombis en las calles caminando hacia una dirección.

- ¡Verónica! Cierra la cortina -. Dijo su madre somnolienta.

- ¡Mami ya podemos salir, hay mucha gente fuera! -. Dijo emocionada

- No son buenas personas, Vero. Vuelve a la cama ahora -. Y ya empezaba a irritarse la

madre con la pequeña.

- ¿Cuándo viene papá?

- No lo sé. Dijo que vendría pronto -. Mintió su madre y esa pregunta le espantó el sueño y el mal humor que estaba formando; incluso la pregunta la perturbo tanto que la obligó a sentarse en una orilla de la cama.

  Su padre trabajaba en una fábrica de electrodomésticos y para su mala suerte la epidemia le impidió llegar a casa con su familia. Se comunicó con su esposa, prometiéndole que llegaría con ellas lo más pronto posible. Horas más tarde la llamaría de nuevo, diciéndole que cuidara muy bien de su pequeña, le dijo lo mucho que la amaba y repitió esto hasta que la llamada se cortó. Ella no pudo evitar llorar esa noche, pero sí pudo mentirle a su hija sobre su padre. Aunque lo que más le inquietaba era saber qué tanto tiempo podría mantener esa mentira.

- ¡Mira, mami un avión! -. Expresó emocionada de nuevo y saltando en el borde de la

ventana mientras señalaba el avión.

  Las palabras de su pequeña la sacaron de sus pensamientos y cuando logró procesarlas, quedó un poco confundida ya que los vuelos habían sido cancelados en la ciudad hace dos días. Se dirigió a la ventana para verlo, pero no pudo si quiera dar cinco pasos.

  La niña siguió con sus ojos el dichoso avión y cuando esté llegó a la plaza central explotó. Provocando una luz que deslumbró la vista de Verónica y para muchos de los que aún estaban en sus hogares. Su madre intentó llegar hacia ella, pero la onda de la explosión se abrió paso rápidamente aventándola contra la pared, a lo lejos solo escuchó el chillido del canino. A su vez, la onda rompió vidrios y agrietó algunos edificios. La madre antes de siquiera mirar cómo estaba su hija, una ráfaga de fuego potente la arropó y consigo a toda la ciudad; consumiendo en tan solo unos segundos la hermosa capital de Inglaterra, unos helicópteros que reportaban la situación y también sacudió un avión que pasaba cerca de allí.


Carl (Reino Unido)

  El cocinero de una cafetería en el aeropuerto de la ciudad de Cambridge. Un adulto de 34 años con problemas de obesidad llega tarde al local. A su vez, la ligera peste que tenía tampoco lo mantenía muy activo esa mañana.

- ¡Eh! Llega más temprano, tenemos varias personas esperando-. Dijo Johana, su colega camarera. A veces era arrogante, pero solo por la mañana.

- Lo siento, esta mañana me ha mordido un perro y seriamente no pensaba venir. Me duele bastante la pierna.

- Bueno Michael no está aquí para que te cubra, así que menos quejidos y preparada unos huevos para la mesa 4 y en la 7 quieren panqueques con extra de miel y queso. Haré las bebidas y les llevaré un entrante para distraerlos. Me llamas para cuando termines y atenderé a los de la 2 y 9.

Al Borde De La ExtinciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora