Tengo una puerta y una ventana. La puerta la utilizo para dejar entrar a las personas cuando yo quiera. La ventana la utilizo para salir por ella cuando las personas no se quieren ir.
Siempre tengo un segundo plan para escapar. Escapo de esas personas que dicen quererme demasiado, de esas personas que solo quieren lo que no tengo, de esas personas que quieren envenenar mi alma.
Era un día cualquiera, yo de nuevo saliendo por la ventana, pero esta vez me caí. Me dolían las rodillas, terminé llorando preguntándome si debería seguir escapando, pero sí, debía de escapar. Cuando levanté la mirada para irme;miré una mano, era una hermosa mano. Él me dijo:
-toma mi mano y corre lo más que puedas.
Me levanté y solo corrí. Sin decir nada escapé. Él corrió detras de mí, aunque solo desvío su camino para ayudarme.
Necesitaba pensar en lo que había pasado, en qué habría hecho si me hubiera quedado ahí tirada, así que tomé mi cigarrillo, lo encendí y comencé a fumar de una forma relajada y lenta, dejándome llevar por el humo gris. Minutos después, él llegó y prendió su cigarrillo, comenzó a fumar de una forma muy elegante; le dio curiosidad de mirarme saltar por una ventana. Me preguntó por qué salía por la ventana si tenía una puerta. No quería responder en ése momento, pero él parecía ser bueno. Al final le respondí que había gente dentro de mi hogar que me hacía daño, que siempre trataba de victimizarse, que no me querían mirar cerca, y cuando salía por la ventana me evitaba escuchar las sucias palabras que tenían por decirme.
Él estaba sorprendido de mi situación, pero solo sonrío. Lo único que él dijo, con tanta seguridad, sinceridad y delicadeza fue:
-Solo abre una segunda puerta.
Me sorprendí demasiado y también me asusté, porque eso sonaba muy fácil.
Lo hice, abrí una segunda puerta, ya no tenía que saltar por la ventana, yo era muy felíz.
Un día llegó ese mismo hombre que me ayudó, entró por mi nueva puerta, miró que yo estaba esperandolo tristemente y trató de animarme; cuando lo miré me puse muy felíz, pero esa felicidad no duró mucho. Él me dijo que se iba a casar y que tendría hijos, me propuso ser su otra mujer. Él solo me dijo que esperara observando la ventana. Le dije a aquél hombre que alguna vez me ayudó que se fuera, que yo no lo podía estar esperando; aunque eso era lo que ya hacía.
Él se fue, pero dejó mi puerta abierta, dejando mis problemas al desnudo. Ella me dijo que fue el amor, pero ¿De qué amor hablaba? Yo solo quería al hombre que alguna vez me ayudó, pero él no era ese hombre.
Lloré toda la noche hasta quedarme dormida.
Al final dejé mi segunda puerta abierta para que él entrara, pero nunca volvió. Cerré mi segunda puerta y esperé en la ventana. Mis únicas palabras fueron:
-Terminé esperándote, por favor vuelve. No escapé.
No quiero que el amor entre por mi puerta, no quiero que la deje abierta.
Saltaría de nuevo por la ventana si eso hará que vuelvas.
holaaa de nuevo a todos, espero y les guste éste relato, la verdad si me pasé jajaja le di un giro muy grande.
Muchas gracias por leer, espero su voto y su comentario❤❤
F.G
ESTÁS LEYENDO
Mis propios relatos
PoetryEl primer amor, no siempre termina bien. Éstos relatos son cortos, pero cada uno será de un tema diferente. Nos adentraremos en temas, ya sean familiares, de amor, desamor, confusión, entre otras cosas.