Timidez.

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Lunes 7:00a.m, casa Vega.

Tori despertó sintiendo un pequeño cuerpecito sobre ella, y descubrió a tal pelinegra durmiendo plácidamente.
Sonrió apenas y la bajó dejándola en el colchón para poder ducharse e ir a la oficina.
La arropó y la dejó descansando. Se metió a su baño personal y disfrutó de una corta ducha de quince minutos con agua fría.
Se cambió, terminó de arreglarse y tomó rumbo hacia la empresa.

Por otro lado, ya eran las 11:21a.m y una preciosa niña apenas iba abriendo sus ojos azulados, buscó con la mirada a la mayor pero no la encontró por obvias razones. Hizo un pequeño mohín y se bajó de la cama, como llevaba la misma ropa de ayer buscó más prendas y fue a tomar una pequeña ducha con agua templada. Se colocó una blusa celeste de tirantes con un short negro y calcetines blancos que sobrepasaban sus tobillos.

Salió y ya eran las 11:52a.m, al salir de la habitación volvió a notar que tan grande era la mansión y comenzó a explorar la casa. Había descubierto que habían más de diez cuartos sin uso, más de cuatro baños y una cocina que sería el sueño de cualquier persona que le guste hacer tal cosa, cocinar.
Toda la casa estaba perfectamente limpia y ordenada, no ibas a encontrar siquiera un cabello. Terminó de recorrer a las 12:34p.m.

Escuchó el ruido de un manojo de llaves y luego la cerradura de la puerta principal, curiosa se acercó. Cuando apenas se abrió la puerta se asomó por la pequeña distancia que quedaba y vio a tal morena con las dos chicas de ayer, domingo.

- ¡La lindurita ilegal está aquí!- Camila entró con prisa.

- Ahí está la lindura ilegal.- Lauren opinó viendo cómo Camila ahora abrazaba a la pequeña.

- Dios mío, es como tener un bebé.- Tori miraba la escena ocultando las ganas de ir a besar a la pelinegra.

- No sabía que las inocentes eran tu tipo, Tori.- Lauren golpeó suavemente el brazo de Tori.

- Cállate, idiota.

- ¡Es muy bonita! Realmente parece una muñequita.- La pelinegra con pasos tímidos se acercó a la morena y se escondió detrás de ella abrazándola.

- Ve y juega en tu cuarto, cuando ellas ya no estén yo te llamo, ¿Entendido bebé?- Tori susurró suavemente en el oído de la joven.

Ella asintió felizmente como niña pequeña, corrió escaleras arriba y se escuchó una puerta ser cerrada.

- ¿Por qué es tan inocente?- Camila cuestionó.

- No sé.

- No lo sabe pero a ella le gusta así.- Lauren volvió a molestar.

- ¡Lauren!- Tori la regañó.

- No te culpo Tori, hasta a mí me dieron ganas de comérmela a besos.- Camila acotó y Lauren cerró la boca por completo.

- Vámonos Camila, olvidé de darle comida a pelusa.- Lauren tomó el brazo de Camila arrastrándola.

- ¡Déjale un beso de mí parte a la muñequita!- La castaña gritó antes de que cierren la puerta.

Tori.

Subí las escaleras buscando a mí bebé, me fijé en su cuarto, no estaba, en los demás, no estaba, por lo que quedó solo mí cuarto. Entré y escuché el bajo sonido de la televisión, luego miré mí cama, ella estaba ahí acobijada y dormida.

Me quité la chaqueta de cuero y mi demás ropa, me coloqué un pantalón de pijama y una blusa de pijama. Noté como la pequeña llevaba el short de mezclilla, por lo que sin ninguna segunda intención se lo quité lentamente evitando despertarla. Me acosté a su lado y disfruté apreciar la belleza de la niña.

Human sex doll. || JoriDonde viven las historias. Descúbrelo ahora