Capítulo 5Salgo de la habitación donde permanecen mi padre, madre, hermana y su futuro esposo, junto con mi guardián, quien también podría llegar a ser mi futuro esposo. Mi vida es de todos menos mía al parecer, primero mis padres me separan de ellos, luego deciden volver a traerme y lo que debo hacer incluyendo con quien casarme, después cuando todo termina es el amor de mi vida quien vuelve a cambiar mi destino. De nuevo parece ser que la historia se repite, esto se vuelve cansado.
-¿Para qué te esfuerzas? - Se burla mi subconsciente una y otra vez - Tu vida no la diriges tú, ríndete de una buena vez.
En eso tiene razón, mi vida. No es más que un conjunto de decisiones tomadas por los demás. Al llegar a mi habitación me tiro en la cama, otra vez como he hecho tantas veces. De nuevo el dolor, los recuerdos volvían a mi mente para atormentarme una vez más. Pero en esta ocasión no le permití a ninguna lagrima brotar de mis ojos, era suficiente mi llanto era tiempo de dejar la autocompasión.
Salí de mi habitación decidida a afrontar todos los deberes que vinieran a mí, incluso si eso significaba casarme con Edras, que en realidad espero no sea así. Pero como si el destino quisiera ponerme a prueba es él a quien primero me encuentro en el pasillo de camino al jardín donde supongo que se encuentra Xavier, con quien deseo hablar.
-Adaly - habla Edras, vaya para ser guardián y yo su futura reina no mantiene nada de respeto a mi nombre.
-Edras- respondí sin ganas, en realidad de todos los guardianes no podía Jack escoger a alguien más amigable para cubrirlo.
-Tienes una clase en este momento y la profesora te está esperando.
-¿Clase? - pregunte incrédula, sabía que debía seguir con mis clases pero pensaba que por lo ocurrido los últimos días se me permitiría faltar algunos días.
-Sí, creo que has tenido suficiente descanso. Y cuanto más rápido regreses a tu vida normal y te acostumbres a la ausencia de Jack en tu vida, que por lo que se es muy probable que sea en forma definitiva, será más fácil mi trabajo.
Hablo sin más sin sentimiento alguno, no tristeza, no compasión, no amabilidad, ni siquiera arrogancia. Nada. Antes de que pudiera negar mi reacción, mi mano ya se encontraba centímetros de su mejilla izquierda, pero con gran velocidad y un muy buen reflejo Edras tomo mi muñeca con su mano derecha, la apretó con cierta fuerza que incluso me lastimaba un poco.
-No cometas ese error. Si quieres odiarme bien, eso no es de mi interés, pero no cometas el estúpido error de creer que esta situación, el estado de Jack y todo eso, es solo temporal, porque desde ahorita mismo te advierto que no es así.
-¿Por qué?
Ni siquiera me esforcé en ocultar el tono de despareció en mi voz, quería que Edras supiera y comprendiera el desprecio y la repulsión que él me ocasionaba por su simple existencia. De un momento a otro él se volvió en lo más irritante para mí.
-Porque es inútil que te ilusiones...
-No, ¿Por qué tienes que ser tu quien sea mi guardia?
-Porque eso fue lo que pidió tu amado esposo - luego se detuvo, y en sus labios se dibujó una sonrisa que al mismo tiempo era burlona y maliciosa. - Jack.
Se estaba burlando de él lo comprendí al instante, y no era capaz de tolerarlo más. Así que simplemente di media vuelta y me aleje de él, rápidamente note que no me seguía, y cuando voltee de reojo a verlo el ya no estaba ahí.
Seguía caminado aun con la cabeza mirando hacia donde por última vez vi a Edras, sin darme cuenta choque con un cuerpo antes de caer al piso un brazo me tomo por la cintura y me posiciono de nuevo en pie.