siete: pantera.

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Las vacaciones de verano estaban llegando, nótese por el calor que apretaba a todos y por el sofoco de cualquiera al salir de clases. Para los profesores era un alivio saber que dentro de nada podrían disfrutar de sus vacaciones, que descansarían por una larga temporada de jóvenes adolescentes.
Y para JungKook no era diferente, solo que el cambio de temporada era algo duro para él. Es un conejito de largas orejas y la mayoría del tiempo están cabizbajas y sonsas, teniendo en cuenta que se alzan únicamente cuando él quiere o cuando se sorprende. Por lo que en verano, cuando el sol acribilla a todo aquel que ose salir, sus orejas no quieren estar alzadas y el calor en su cabeza es insoportable.

TaeHyung se mofaba de ello. Desde su escritorio, dando vueltas en aquella chirriante silla y bebiendo tranquilamente un zumo de naranja con hielo, era muy divertido ver al azabache agarrarse las orejas y alzarlas, dándose aire con un abanico de papel hecho después de una buena clase de papiroflexia que recibió de un canal de YouTube.

Él tenía un pequeño ventilador portátil, era práctico, funcional y muy lindo. De color morado con orejitas de osito.

—Deberíamos quitar las bolsas de las ventanas, tal vez de esa forma entre aire fresco... —Propuso el Omega haciendo rizos con su cabello grisáceo, muy entretenido e ido como para pararse a meditar en la cara de espanto que tenía su compañero.

JungKook era un conejito belier, moriría si las ventanas se despojaban de su envoltura, el calor de fuera no era equivalente a la "temperatura ambiente" del interior.

—Solo... decía... —Musitó. TaeHyung volvió a girar y se acercó a la raya que seguía intacta en el suelo, había perdido algo de coloración pero era perceptible el color morado que les separaba.

—Bajaré a la cafetería... —Dijo en un tono decepcionado.

—¡Iré contigo! —Afirmó alegre y JungKook desde su sitio no hizo más que sonreír ante la energía de su compañero— Tengo un descuento en la zona de bollerías por ayudar a tirar la basura, ser útil te genera ganancias —Comentó esperándole en la puerta mientras terminaba de recoger y tomaba su billetera.

TaeHyung era esa persona de apariencia chula pero que generaba ternura. Suele llevar ropa ancha, JungKook jamás le ha visto fuera de sus camisetas oversize y de sus pantalones de tela anchos, como de los vaqueros rasgados de las rodillas que le van sueltos por todos lados. Es más de llevar la misma paleta de colores pero algún día que otro día parece que le vomitó encima un unicornio y que los colores no pegan ni con cola.

Pero ese día iba de blanco y azul, combinaba bastante bien con el gris de su cabello y lo negro de su rayada cola. Se había peinado, o eso parecía. Normalmente no le gustaba pelear con su pelo enredado y tampoco era fan de darse tirones, pero SeokJin le lavó el cabello esa mañana y con sus cuidadosos dedos se encargó de mimarle todo lo posible. Se asemejaba a un cachorro cuando Jin cuidaba de él.

—¿Descuento en la zona de bollería? —Preguntó Jeon haciéndose el interesado, cuando realmente mataría por conseguir un descuento en esa zona— ¿Lo usarás? —Continuó con un tono meloso, siguiendo los pasos del tigre que meneaba su cola coqueto.

TaeHyung dio saltitos feliz, girándose sobre sus talones sabiendo que a Jeon no le daría tiempo a frenar y se estamparía con él. Y pensó bien las cosas, con sus manos alzadas y nada de dónde poder tomarle, JungKook tuvo que sujetarle de la cintura y perdiendo el equilibrio acercó mucho sus cuerpos. Realmente no quería estar así con el Omega si éste no lo quería así, pero la sorpresa se la llevó él cuando las manitas ágiles del contrario se posaron en sus mejillas. ¿Recuerdan los choques eléctricos que se producían en sus dermis? Jeon juró que su piel perdió toda la sensibilidad cuando los dedos del Omega acariciaron sus pómulos de manera gentil.

rawr me | kooktaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora