Perdidos en el espacio

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<< Misión Planeta 83 iniciando, tripulación 3 en la nave. Capitán al cargo, Ciro Allen. La nave está en condiciones para partir, solo esperamos la aprobación interna de la tripulación >>

La misión ya estaba comenzando y Ciro ya estaba en la nave con todo su equipo, solo faltaba revisar que todas las cosas estuvieran en orden dentro de la nave.

— Inventario completo, no hace falta nada — dijo Gian desde el almacén de la nave.

— Los tanques de oxígeno y agua están limpios y llenos, capitán — dijo Werner.

— Las pantallas funcionan a la perfección y no hay interferencias — avisó Roger.

Ciro asintió a todo lo que decían sus compañeros.

— Todo listo para partir — anunció finalmente Ciro a la base.

<< Entendido capitán Allen, iniciando protocolos de despegue, pueden salir en 10, 9, 8, 7, 6, 5, 4, 3, 2, 1... despeguen >>

La nave se elevó al cielo y levitó unos momentos en el aire, encendiendo y apagando todas sus luces inferiores, que iban cada vez girando más rápido.

— ¿Lista Sara? — preguntó Ciro.

— Si señor, el planeta al que nos dirigimos está a 23.67° al este, 30% de probabilidad de encontrar un agujero de gusano, 0.3% de probabilidad de chocar con meteoritos y 0.1% de probabilidad de que un planeta se interponga en nuestro camino.

— Ojo, la genio del equipo ha hablado señores — dijo Roger con una sonrisa en la cara y todos empezaron a elogiar a Sara como hacían siempre que terminaba de decir sus predicciones.

Entonces las luces de la nave se apagaron y Ciro metió las manos en los detectores de movimiento que funcionaban como volante y avanzo a tanta velocidad que para los que estaban en la nave parecía como si se hubieran teletransportado o simplemente se hubieran desvanecido.

Después del ligero jalón provocado por el amortiguamiento de velocidad de la nave, todos se acomodaron en sus asientos. Sus trajes espaciales parecían armaduras, pero en lugar de metal o plástico antibalas estaban hechas de una tela especial para mantener su temperatura corporal y evitar que el cuerpo se viera alterado por los factores del espacio y los otros planetas.

— Chicos, ya pueden quitarse los cinturones y ver por la ventana de la izquierda — se escuchó de repente a Ciro, quien ya se estaba quitando el cinturón después de haber colocado el piloto automático directo en la dirección que estaba el planeta.

Todos corrieron a la ventana, nadie se cansaba de la hermosa vista del planeta desde el espacio, siempre su tamaño enorme había sido majestuoso, la cantidad de árboles que se alcanzaba a apreciar la hacía más bonita y la poca cantidad de nubes en ese momento dejaban ver una hermosa costa de arena blanca y agua color turquesa cerca de una pequeña comunidad que buscaba camuflarse con la hermosura del paisaje.

De repente la estática los sacó de sus pensamientos.

— Alg...no..nda...ien. ¿Me...scu...an? — Ciro se dirigió corriendo al tablero de mandos para responder al llamado.

— Aquí Allen, ¿me copian?, ¿qué sucede?

No lograban contactar con la base, se siguieron escuchando palabras entrecortadas que indicaban que lago no iba como lo tenían planeado. 

— Prepárense para un viaje a ciegas chicos, algo no anda bien — dijo Ciro volteándose a sus compañeros. — Asegúrense de que todo esté listo en menos de cinco minutos.

— Entendido capitán. — Sara, Gian y Werner se dirigieron a inspeccionar y asegurarse de que todo estuviera listo en la parte trasera de las naves y las cápsulas de escape. Mientras tanto, Roger y Ciro se encargaban de pilotar la nave que estaba perdiendo rumbo aunque tuviera piloto automático.

— ¿Qué está pasando capitán? — preguntó Roger, angustiado, ya que en todo su tiempo de servicio nunca había vivido nada igual.

— No lo sé. Algo no anda bien. Pero no ogro entender...

Ciro dejó de hablar cuando vio el origen del problema.

— Carajo. ¡Chicos, agárrense de algo! Esto no va a ser bonito.

Habían perdido el control de la nave y se acercaban cada vez más a una gran nube negra, un lugar donde no había estrellas y solo se alcanzaba a apreciar la profunda oscuridad. Estaban adentrándose en un agujero de gusano bastante anormal.

Estaban varados en medio de un agujero de gusano donde no alcanzaba a llegar ni la luz del sol, entonces algo muy grande y pesado golpeo una parte de la nave haciéndola girar sobre sí misma, cuando la nave logró estabilizarse Ciro revisó los paneles, la nave no se había dañado.

Entonces una gran masa terrestre comenzó a acercarse a la nave, ¿o eran ellos acercándose a ese planeta? Las características de este eran idénticas a su destino, ¿pero como había pasado eso?, ¿cómo pudieron llegar ahí tan rápido si acababan de salir de la Tierra?

Entonces todas las alarmas de la nave empezaron a sonar, combustible, energía, daños en todas las partes, falta de oxígeno, todo estaba mal. Nadie podía hacer nada y Ciro no paraba de pensar como podía ser todo eso posible, solo rogaba por no morir en ese momento, había prometido regresar con su familia en unos meses, ningún miembro de la tripulación podía morir ahora.

Cuando llegaron a la atmosfera del planeta, una luz los deslumbró a todos y entonces, antes de que la nave lograra impactar contra el planeta, las alarmas pararon, los motores de la nave se apagaron y la presión del aire dejó a toda la tripulación inconsciente.

Escape de un planeta hostilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora