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ᴄɪᴛᴀ ᴘᴛ.𝟸 - ʀʏᴜʀʏᴇᴏɴɢ

<<Lee Chaeryeong + Shin Ryujin>>

Lunes nueve de la mañana, tal vez esa hora era muy temprano para la cita que Ryujin había programado con Chaeryeong, cita que recién empezaba a las dos de la tarde pero para la pelinegra era difícil no emocionarse, ¿quién mierda no estaría emocionado al saber que tenía una cita con la hermosa de Lee Chaeryeong?

—Sigo sin entender lo especial que tiene la rarita del curso— la voz de su mejor amiga a través de la pantalla del celular la hizo salir de sus pensamientos e inmediatamente odiando la forma en la que llamó a su futura novia, según ella—¿Si sabes qué por algo la llaman rarita?

—No la llames así, ella no es rara— Ryujin sabía los problemas que Chaeryeong tenía y la comprendía, lo sabía gracias a una charla que tuvo con la madre de la menor que por "casualidad" la encontró en una tienda.

—Me da igual, pero dime, ¿Qué le viste?

La pelinegra soltó un suspiro, ese suspiro que se escapa de tus labios al pensar en la persona que altera tu vida—La verdadera pregunta sería: "¿Qué mierda no le vi?", Chaeryeong es hermosa, sus ojos de ciervo brillantes, sus labios carnosos, su cabello, su inteligencia y aunque no la conozco con profundidad sé que cuando lo haga quedaré nuevamente flechada.

—Eso fue... Exageradamente cursi, amiga enamorada.

—Tú preguntaste, y si me disculpas tengo que prepararme para la cita.

Ryujin tenía toda la cita bien planeada, por lo tanto, después de cambiarse unas cinco veces, empezó a dirigirse hasta hacia la biblioteca del Instituto donde estudiaban.

¿Por qué una biblioteca?

Ryujin creyó que sería un perfecto lugar, las personas no se amontonan y siempre hay silencio pero para comunicarse usarían los mensajes de texto y de comida llevaba unos sándwiches con una botella de jugo.

Una vez que llegó al lugar eligió una mesa cerca de la puerta para que la menor pudiera notarla fácilmente una vez que llegara. Tenía todo listo, y sólo faltaban treinta minutos para la cita, y fue ahí donde cayó en cuenta que no tenía la más mínima idea de como sacarle conversación, las únicas cosas que sabía que debía hacer era presentarse y luego aclarar que fueron las chismosas de las profesoras las que le hablaron de ella, pero de ahí en más... Nada.

Para la magnífica suerte de Ryujin, la cita transcurrió tranquila, sin ningún tipo de incomodidad, con una buena charla y aunque la mayor debería estar atenta a las respuestas que recibía de la pelirroja, se daba la oportunidad de admirar la belleza de esta chica.

"No importa cuánto me lleve conquistar tu corazón, lo haré. Ten por seguro eso, Lee Chaeryeong". Pensó.