Desde la secundaria acude a su florería favorita para llenar su habitación con preciosas flores tales como girasoles, tulipanes, margaritas, ortencias, y demás.
Denki, más que nadie sabía este gusto del pecoso, ya que había veces que tenía que acompañarlo a la florería.
Algo que le molesta a Izuku, es que la gente siempre que entraba a su cuarto tocaba y manoseaba a sus preciosas flores y las arruinaban, ¡por dios! ¿Que les cuesta mantener las manos quietas?
Regando sus flores se preguntaba eso, cuando escuchó su puerta ser abierta. Se volteó con curiosidad, para ver a Denki con sus manos pegadas a su espalda.
- ¡Hola Kami! ¿Como estás? - Dijo sonriendo a su pareja viendo como este se acercaba.
- Hola Izu. Bien, bien. - Se acercó para darle un beso, y luego mirarlo con amor.
- ¿Que llevas ahí? - Preguntó Izuku viendo de reojo hacia la espalda de Denki.
El no dijo nada, solamente sacó lentamente de su espalda un ramo hermoso de girasoles junto a algunas ramas con hojas.
- Una flor para otra flor. - Se las entregó y luego lo tomó por los hombros para besarlo con pasión.
Izuku no podía estar más sonrojado y emocionado, Denki estaba recreando su primera cita.
- G-Gracias K-kami, ¡T-te amo! - izuku se lanzó a los brazos del mayor y fue abrazado con fuerza.
- Yo también te amo, Izu. - Ambos tenían los ojos cristalizados y con unas cuantas lágrimas de felicidad.
Fue un muy lindo aniversario.
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