30 Capitulo: Una corta historia.

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Fue salir al blanco patio y Mirai sonrió enrojecida por el frío, la belleza pura de aquel color le fascinaba.

Kouta y Mirai se sentaron y comenzaron a hablar, sus gustos y disgustos, que hacían en el día y que les fascinaba evitar.

- Odio las matemáticas - Dijo Kouta - Pero debo aprenderlas.

- Suenan horribles, Izuku me dicta clases de matemáticas, pero no son tan seguidas como las de modales o refinamiento de estos - Mirai nego con la cabeza en sentido de desaprobación - Yo no quiero ser una señorita.

- Pero es lo que la sociedad espera de ti - La chica bajo la cabeza fastidiada - Aunque...mi madre decía, que no siempre hay que ser lo que la sociedad desea, solo hay que enseñarle lo que le gusta - Dijo Kouta viendo los ojos brillosos de la rubia.

- Entiendo a lo que se refería tu madre - Dijo Mirai viendo el suelo - Suena como si hubiera Sido una mujer muy lista.

- Lo era - Dijo Kouta con una sonrisa triste - En la oficina de tu hermano ví una foto de tu madre...ustedes dos son realmente idénticas.

- Desearía que eso fuera cierto - Dijo Mirai tocando su cabello - Mamá era...genial, enérgica, explosiva, una dama entera con una personalidad fiera, bueno, así la describe Kurogiri.

- ¿Tu cómo la recuerdas? - Pregunto Kouta interesado en la charla, viendo los ojos tristes de Mirai.

- La recuerdo - La chica cerro sus ojos.

Dentro de sus recuerdos recordaba aquel día, su madre bordaba algo y ella estaba alos pies de su falda viéndola hacerlo, no había más ruido que la radeo a bajo volumen un tanto alejada de ellas.

- Cómo una mujer fina, cualquier cosa que hiciera, la hacia con la gracia más hermosa.

Recordaba cuando ella regañaba a Katsuki y este en su rebeldía se iba sin decir palabra de la mesa, su madre solo respiraba y se resignaba, luego cobraba lo hecho.

- También la recuerdo como algo reencorosa.

Y finalmente recordó esa trágica noche, vio a su madre empujarlos a ella y sus hermanos.

- Y también sacrificada...una madre, mi madre...

Kouta la abrazo y ella no entendió el por qué.

- Mirai...no llores, le hará peor daño a tu salud - La niña se tocó la mejilla, notando un rastro de humedad.

- Yo...yo se que ella está conmigo.

Y así un fuerte viento soblo, llevándose con el el listón de Mirai, la infante vio su listón volar en el aire para luego caer en un manzano seco.

- Allí está - Dijo Kouta viéndolo - Iré por el, Mirai no te muevas de aquí.

Cuando Kouta se alejo de ella dejo de sentir tanta calidez, Kouta con destreza trepó el árbol y con algo de dificultad alcanzó aquel listón, bajando de inmediato de el árbol y volviendo con la chica.

- Creo que es momento de entrar Mirai - Dijo el azabache con seriedad, Mirai asintio y ambos entraron.

Allí Kouta tomo el listón y la vio.

- ¿Me permites? - Pregunto Kouta señalando el listón.

La chica asintio y le dió la espalda.

Kouta con algo de vergüenza logro atar el cabello y luego caminar hacia la chimenea.

- Mantente cerca del calor Mirai, está comenzando a hacer frío...fue...productivo verte está tarde...pero temo que debo volver con el señor Katsuki.

CUANDO LAS AMAPOLAS MUEREN.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora