"Siempre serás mi héroe favorito a pesar de haber perdido completamente la cabeza"
La peor cosa que puede pasar en medio de un mundo realista es amar sin dudar.
Este es el caso en esta historia, puede ser amor u obsesión.... Eso no lo sabemos, algu...
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Homelander caminaba a paso rápido hacía la habitación de Elektra, solo tenía una cosa en mente y eso era tenerla y saciar la sed que lo consumía.
Al llegar a la puerta de la habitación de su novia tocó con desesperación, tardó unos minutos en abrir hasta que al fin lo hizo, aún se veía adormilada y con su camisón blanco que cubría su cuerpo lo hacia tener más ganas de ella.
—¿Que te pasa?— preguntó fastidiada por el repentino ruido, estaba muy cansada y solo quería dormir —¿Por qué tocaste así la puta puerta-
Sus reclamos no pudieron continuar y sus palabras se quedaron en el aire cuando el rubio se acercó a ella para besarla con desesperación, no había que ser muy inteligente para saber lo que quería. Ella accedió ya que aunque tenia sueño sabía que Homelander no se iba a ir hasta que le diera lo que quería.
El rubio la tomó de los muslos y apretó un poco obligandola a dar un pequeño brinco y hacer que envolviera sus piernas en su cintura. Tener sus pechos cerca de su rostro era lo que quería pero aún no llegaba su meta. Caminó hacía la cama y la recostó con firmeza sacándole un jadeo a su novia por la brusquedad.
Retiró su camisón dejandola expuesta ante su mirada perversa, se relamio los labios al ver especialmente sus pechos, se acostó sobre ella y comenzó a besar y chuparlos.
Elektra solo gemía y jadeaba por lo que él estaba haciendo, era muy intenso en la cama y eso le fascinaba, ella tiraba de su cabello mientras su novio seguía trabajando en sus pechos como niño pequeño que gozaba de un dulce.
Soltó un fuerte gemido al sentir sus dientes cerca de su pezón a la vez que comenzaba a succionar, era doloroso pero a la vez placentero. Así continuó succionando hasta que Homelander sintió el característico sabor a leche en su boca.
El cuerpo de cualquier mujer estaba preparado para la meternidad así que si necesitaba amamantar solo debían succionar hasta que se lograra y eso fue lo que él hizo.
La castaña fruncio el entrecejo al sentir que Homelander se quedó pegado a su pecho bebiendo de su leche pero no dijo nada, en cambio prefirió acomodarse en la cama de una forma en que ninguno de los dos estuviera incómodo, se sentó un poco y recargó su espalda en la cabezera de la cama mientras su novio seguia bebiendo de ella.
Homelander saboreaba el sabor de su leche, había fantaseado con eso y ahora lo tenia, se aseguraría de acabarse hasta la última gota para no desperdiciar nada. Como un bebé continuó así, con su cabeza recostada en sus piernas y con el pecho de Elektra en su boca.
Ella solo le peinaba el cabello con sus dedos mientras lo complacia. Una vez que terminó su festín mientras continuaba recostado en sus piernas se dirigió a la castaña.
