Quiero tenerte | KoKoInu Week

Día 2: Beso indirecto

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Dentro de las desventajas de que Seishu hubiera encontrado a alguien nuevo a quién seguir, se encontraba el hecho de que, por obvias razones, a Koko no le quedaba más opción que relacionarse con esta persona, y también con cualquier otra que estuviera dentro de la primera división a la que recién habían sido asignados. Si en algún momento llegó a olvidarse de que todo se trataba de simples adolescentes jugando a ser grandes pandilleros, este tipo de acciones fueron las que se encargaron de recordárselo:

—¿Beso indirecto? —preguntó Takemichi, tan asombrado que casi escupe un trozo del pay que recién había comenzado a masticar—. ¿Qué rayos quiere decir eso, Chifuyu?

—Lo último en tácticas de ligue, compañero —aseguró el otro chico. Chifuyu Matsuno, el vicecapitán de la primera división de la ToMan, según tenía entendido—. Por favor observa la forma en la que está chica —dijo señalando un punto en la página de un manga que Koko no podía (ni quería) ver— le ofrece su botella de agua a su mejor amigo.

Koko levantó la mirada hacia el techo del local. No entendía en qué momento a Inupi le pareció buena idea reunirse con ese par para estrechar lazos, ya que no quería que los terminaran echando de la pandilla debido a una pésima primera impresión. Además, el haber estado del lado de Taiju durante un tiempo considerable, tampoco les ayudaba a mejorar su mala fama.

Lo peor del caso era que su amigo no daba señales de que fuera a hacer acto de presencia pronto. Así que el jodido era él.

Estaba ahí, en una pequeña cafetería del centro, acompañado de dos imbéciles que no hacían más que hablar estupideces sin sentido. ¿En qué momento la conversación se desvió tanto para que terminaran tocando temas como ese? Koko no tenía manera de explicarlo, simplemente ocurrió.

De un momento a otro Chifuyu había sacado un manga de algún lugar entre su ropa (raro, por supuesto), y Koko perdió el interés a partir de ahí. O quizá nunca lo tuvo, pero al menos logró fingir que sí al principio.

—Lo veo, pero, ¿Cuál es el truco? —Hanagaki parecía muy interesado en el tema, lo cual resultaba bastante irónico considerando que el único que tenía novia de entre los tres, era él.

Koko suspiró por enésima vez. Si seguían así, le provocarían migraña pronto.

—Presta atención, compañero. Él le pide que beba primero y ella lo hace sin percatarse de sus intenciones, después él toma la botella, la abre y se la lleva a la boca sin dejar de mirarla fijamente. Dime, ¿No te parece obvio que eso fue un beso indirecto?

«¿Por compartir una botella de agua? Pfft. Vaya estupidez». Pensó, pero, sin ser consciente, ya estaba poniendo más atención que antes mientras removía su frappé con la pajilla y miraba hacia la calle. No veía las horas de que Seishu apareciera y esta extraña reunión pudiera acercarse a su fin.

Por otro lado, la cara de Takemichi se iluminó de pronto al asimilar lo dicho por su compañero. Sus labios se habían abierto como si acabara de hacer el mayor descubrimiento sobre la tierra.

—¡Es cierto! Tienes toda la razón, Chifuyu. ¡Qué gran idea!

Oh, excelente. Si Koko llegó a tener la esperanza de que no pudieran ser más tontos, ahí tenía ya una prueba contundente de que siempre, siempre puede ser peor. ¿De verdad era ese el tipo que Seishu Inui, el tipo más duro sobre la tierra, había decido seguir?

En fin, no iba a ser precisamente él quien pusiera en tela de juicio sus decisiones. Después de todo, él también tomó la decisión de permanecer a su lado una vez más sin importar qué o a dónde fuera.