Black Fox: Recuerdos sombríos

Capítulo 12: El fin

Ambos Fox se mantenían firmes uno frente al otro sin decir absolutamente nada, el silencio comenzó a ser reemplazado por el sonido de unas leves gotas de lluvia que aumentaba de a poco. 

Tan solo basto un leve movimiento de ambos para iniciar el combate, el peliblanco atacó con varios tentáculos obligando a Nathaniel a responder de la misma manera, sin embargo los ataques luminosos lograron atravesarlos con facilidad obligandolo a moverse a un lado para esquivarlos, el pelinegro observó atentamente la situación, las creaciones se su oponente estaban rodeadas de un contorno rojo, tal como las suyas hace unos minutos, sin embargo sus sombras ya no estaban así.

No tuvo mucho tiempo para pensar ya que Ligth Fox mantuvo la presión, creando una enorme garra blanca lanzó un corte horizontal por lo que tuvo que agacharse para evitar ser alcanzado. Para contraatacar el pelinegro hizo avanzar unos látigos oscuros desde el suelo con el fin de atrapar sus piernas, sin embargo este se dio cuenta dando un salto hacia atrás en el último segundo, parece que no sería tan fácil hacerlo caer en los mismos trucos por segunda vez, si quería ganar debería emplearse a fondo.

Rápidamente procedió a crear una enorme cabeza de zorro que se lanzó a su enemigo a lo que este respondió con numerosas espinas blancas que hizo surgir del suelo las cuales la atravesaron y partieron por la mitad. Los tentáculos de luz no se hicieron esperar, aunque esta vez atacó desde arriba, algo que confundió al pelinegro hasta que se dio cuenta que otros 2 se acercaban por debajo. 

Con rapidez creo una esfera de sombras con la cual se impulso y esquivo ambos ataques,  en ese momento lo entendió, el peliblanco  no solo estudio sus movimientos, sino que también los estaba imitando. Rodeando sus extremidades de sombras el primer Fox se lanzó con gran velocidad hacia el clon y lanzó un potente puñetazo, por su parte el peliblanco hizo los mismo con sus manos logrando bloquear el golpe, sin embargo no pudo evitar perder el equilibrio ante la fuerza de este.

Nathaniel se dio cuenta se inmediato, por más que se esforzará por copiar su manera de luchar había algo de lo que su clon carecía, y era la experiencia, podría parecer algo tonto, pero el simple detalle se no rodear sus piernas con su poder al bloquear un fuerte golpe era algo que podía causarte muchos problemas, ya lo había comprobado en numerosas ocasiones, incluso en la pelea que tuvo hace unos instantes con los shadows, aunque tus brazos sean capaces de resistir un poderoso impacto no serviría de mucho si tus piernas no pueden hacer lo mismo ya que solo te haría caer. 

Aprovechando esto el pelinegro logró encajar una patada en el abdomen de su contrincante y mandarlo al suelo aunque este dio unas cuantas vueltas y se puso se pie con gran rapidez. Sin perder tiempo atacó con 4 cabezas de zorros, a lo que Nathaniel respondió con sus tentáculos, aunque los hizo girar velozmente transformándolos en taladros que chocaron con las bestias blancas generando una leve onda expansiva que agrieto todos los cristales del lugar. 

El forcejeo no duró mucho antes de que los dos ataques cedieran entre si deshaciendose, ante esto el peliblanco se lanzó hacia su objetivo, creando enormes garras blancas en sus manos llevo su pelea a corta distancia, y aunque Fox conseguía esquivar y bloquear cada uno de sus cortes, dado a la brutalidad y constancia de sus golpes lo obligaban a mantenerse a la defensiva.

Hasta ahora Nathaniel estaba acostumbrado a siempre ser superior en cuanto fuerza bruta, incluso pudiendo plantarse ante Cyberex en este aspecto, sin embargo ahora era diferente, la ventaja que tenía su contrincante dado a su poder de luz reducía su propia potencia de ataque, incluso manejando sus habilidades mejor que su clon apenas lograba igualarlo. 

—Vamos, ataca—vocifero el peliblanco sin dejar de lanzar zarpazos—así no lograras hacerme nada—su respiración estaba agitada, pero su velocidad no disminuía, Fox intento mantener la calma, no importaba que tanto se esforzará, era imposible mantenerse atacando de esa manera y no agotarse, solo tenía que esperar el momento indicado, aprovechar la falta de paciencia y autocontrol de su otro yo, esas actitudes siempre traían consecuencias, y vaya que el lo sabía, incluso después de tantos años seguía cayendo en ello varias veces.