CHLOE
Mantuve el Lexus (auto) que le pedí
prestado a Lauren a cuarenta millas por hora, incluso en la autopista. Sin música, sin aire acondicionado. Quería que fuera como si nunca hubiera estado allí. Cuanto antes Claire y yo pudiéramos hablar, más tiempo tendríamos para volver a conocernos antes de que me vaya.Entré en Old North Loop 4, bajé a Main
Street, pasando por Bolero Pharmacy. Me sorprendió que Boy no estuviera fumando cigarrillos en la parte de atrás, con su uniforme de chaleco rojo colgando sobre su hombro. El fue quien raspó Oxic (droga) en Bolero y se lo vendió a Johnno a una tasa fija. Un AT&T (empresa) había reemplazado la tienda de videos y habían puesto um nuevo letrero, pero todo lo demás en Buda era igual. La hierba era de color verde pardusco por la sequía o los restos de una sequía. Sin el cemento y los parquímetros, los techos floreados
y el ladrillo rojo podrían haber sido el
escenario de una película del oeste.Bajé la ventanilla y olí el polvo.
La casa de Claire y Harry estaba justo al final de la cuadra de donde crecimos
en Mery Street, una casa de un solo
piso azul cobalto detrás de un parche
de mariposas lanudas y penstemon de
la Costa del Golfo, plantas nativas de las que habiamos aprendido a trabajar
en jardinería durante un verano en la
secundaria. Un juego de columpios hecho de madera fresca se asomaba desde el patio trasero. Era domingo y sabía que el garaje estaría cerrado. A menos que Claire y Harry hubieran comenzado a ir a la iglesia más que solo en Navidad y Semana Santa, estarían en casa. Aun asi, deberia haber llamado.Estacioné y crucé la calle, subí por la
acera, hacia la puerta. Me afeité la cara
y compré ropa. Nada especial, solo una
camisa a cuadros que aun olía a fábrica. En mi mano, girasoles para Claire. Debajo del brazo, un set de LEGO Star Wars para Michael. En mi bolso, la carta para Claire.Los niños vecinos gritaban mientras corrían a través de un aspersor. Un perro ladró. Me pasé la mano por la cara y luego toque.
Nada.
Toqué de nuevo. Nadie se movía en la
casa. Me alejé de la puerta, considerando meter la carta debajo del tapete, que tenía la forma del logo de los Dallas Cowboys. Luego escuché una risa, la de Michael. aguda y estridente. Sostuve los regalos con más fuerza y seguí el sonido hasta la parte de atrás. Cuando llegué al borde del patio, me paré, incapaz de ir más lejos, como si me hubiera topado con un campo de fuerza. Una forma azul eléctrica salió disparada hacia la uz del sol, haciendo bucles. Era MichaelHarry lo siguió, vistiendo un pantalon azul y una camisa a cuadros un poco sudado. Se había engordado un poco desde que se casaron y tenía la cara ancha y bañada por el sol. Cuando me vio, se detuvo.
Levanté el regalo que le llevaba a el. "Hola, Harry". Miró hacia la casa y luego a mí con una pequeña sonrisa. "Michael, ven a darle un abrazo a la tía Chloe", lo llamó.
Envolvió sus brazos alrededor de mis
piernas. Puse mi mano en la cabeza de
Michael. Por un minuto, mis músculos
se relajaron."Cuántos años tienes ahora, treinta y
Cinco?" bromeé.El se rió y salió corriendo. ¡Tengo cuatro años y medio!"
Harry me sonrió. "Hola, cariño. Ven aquí". Su cuerpo contra el mío era medicina, calidez y suavidad que habia olvidado que existían.
"¿Donde has estado?" preguntó en mi
hombro."He estado por ahí", empecé a decir, pero el sonido de la puerta trasera abriéndose y cerrándose me hizo detenerme.
Harry me soltó y me apretó el brazo.
Nos giramos hacia Claire. Su expresión
cambió a ira. "¿Qué está pasando, Chloe?"
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purple hearts| Dofia|
FanfictionEsta historia sigue a Sofia, una aspirante a cantautora que trata de hacerse un hueco en la música y encontrar el sentido a su vocación profesional. Por otro lado se encuentra a Chloe, una joven soldado de la marina con ideales y personalidad comple...