Capítulo 3: Sofia

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Sofia

Cuando llegó la mediarnoche, The Handle Bar se había despejado. El aire agridulce y humeante del patio entraba por las ventanas altas y pasaba sobre las mesas de billar. Unas cuantos sudorosas parecidas a Lana Del Rey posaban para selfies bajo las luces parpadeantes y los carteles de Lone Star, un hombre con un moño de hombre equilibraba una jarra lena hasta el borde sobre las cabezas de los jóvenes hípsters que jugaban al Scrabble, pero aparte de eso, nadie daba mas dinero. Todos bebían, pero nadie repetía. Mojé mi boca seca con el resto de un Gatorade, retorcí la masa negra y rizada que solía ser mi cabello antes de que la humedad lo afectara, y revisé la lista que había hecho en una servilleta de cóctel:

-obtener un lugar en El Micrófono Abierto de Petey

Conseguir otro amplificador

-trabajar más horas en el bar/ganar más $$$$

Lucía pasó rápidamente con unos vaqueros tan ajustados como una segunda piel y una camiseta recortada de los Stones mientras echaba un vistazo a mi lista. "¿Grandes planes?"

Toqué la lista. "No más fiestas de barrio
en las que nos pagan con certificados de regalo. Necesitamos conciertos reales, en lugares reales, giras. Así es como obtenemos dinero real".

Miró a su alrededor hacia donde un grupo de oficinistas nos miraban, acurrucados en un techo alto. "¡No hay ninguna oposición de mi parte! Pero-"

"Sí, sí." Agité mi mano. Sabía lo que ella iba a decir. "He estado demasiado
obsesionada con hacer que el ÁLBUM sea perfecto. Lo sé. Sólo tenemos que ir a por ello. Un álbum completo con canciones nuevas es mejor que cuatro canciones perfeccionadas, verdad?

"Estoy de acuerdo!" Lucía volvió a mirar detrás de ella, a la mesa. "Y ahora que has—"

Terminé su oración, sintiendo que mi vértigo aumentaba. "iAhora que no tengo el trabajo de oficina, podemos practicar más y puedo trabajar durante el día para conseguirnos más conciertos! ¿Correcto?"

"Correcto, pero-"

Señaló detrás de ella.

"No más peros". Levanté las manos. "¿Pero que?"

"Necesito tres Gin-tonics y un Lone Star para los de la parte superior".

"¿Estás incontrolable, eh?" Lucía dijo. "Me gusta. Sofia, la desempleada, no espera a nadie."

Si. Mi manera. "Creo que un par de años de estar jodiendo por ahi es suficiente".

"Mientras aún podamos tener los viernes de Fleetwood".

"Por supuesto." Fingí persignarme. Cada práctica de los viernes por la noche, Lucía y yo vestíamos atuendos de brujas y nos calentábamos con canciones de Rumours y el álbum homónimo de Fleetwood Mac. Teniendo en cuenta que Toby, nuestro baterista, solo llevaba seis meses con nosotras, aún no había optado por participar, aunque a veces usaba un chaleco.

Una repentina ola de risas retumbantes golpeó la puerta, creciendo a medida
que entraba un gran grupo de cabezas rapadas, ya bastante golpeados a juzgar por el nivel de comodidad que tenían al
tocarse unos a otros.

"¿Bomberos?" Le dije a Lucía mientras
llenaba un vaso con amber.

"Soldados, creo", respondió ella.

"'Sí, señora", dije con un acento exagerado, poniendo más bebidas en su bandeja. Luego bajé la voz y me incliné hacia ella. "Voy a hacernos algo de dinero".

"Ve por ello."

"¡Hola, muchach@s!" Dije fuerte, abriendo mis brazos. "¿Qué puedo darles?"

Los soldados se pararon detrás de la fila de taburetes en formación, sus miradas iban de mí a los televisores que mostraban SportsCenter.

purple hearts| Dofia|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora