Capítulo 2

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Dulces y dolorosos recuerdos

─¡Gol!─ Gritó por octava vez el número diez, celebrando la cantidad de balones que había anotado ya que el entrenamiento estaba por cesar. Volteó a ver al portero estrella "discretamente" esperándo alguna reacción de su parte, sin embargo, Wakabayashi solo se limitó a quedarse quieto sin hacer ningún gesto mismo acto que hizo en los anteriores goles que anotó el número diez.

"Lo hice parecer demasiado fácil, tal vez en el siguiente gol lo logre sorprender" fue lo que pensó el menor de cabello castaño, misma frase que se repitió en el quinto gol que hizo hace algunos minutos. Todos los que estaban al lado de Tsubasa celebraban su anotación con abrazos y cumplidos, mismos que el capitán del Nankatsu respondía con una sincera sonrisa la cual mostraba algo de decepción debido a la falta de aprecio por parte del peli-negro.

Una cosa era casi segura, Tsubasa no era de los que se rendía tan fácilmente, no le importaba si tenía que anotar treinta o cincuenta goles, haría todo lo posible para que el de la camiseta roja lo voltee a ver, si quiera por un momento, si quiera por un segundo, lo haría tan feliz.

Se escuchó claro como el silbato sonaba por toda la cancha marcando el final del entrenamiento

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Se escuchó claro como el silbato sonaba por toda la cancha marcando el final del entrenamiento. Dieciocho goles ¿Y acaso Tsubasa había logrado su objetivo? Obviamente no, Wakabayashi ni siquiera se inmutó, tal vez en el próximo entrenamiento lo consiga, pues ahora en adelante Wakabayashi asistiría a todos los entrenamientos, en algún momento tenía que conseguirlo o renunciará al titulo como "El niño prodigio".

Una vez que cesó el entrenamiento todos los jugadores se sentaron a tomar un descanso, el entrenamiento fue muy agotador, especialmente para los que jugaban en contra de Tsubasa, era casi imposible detenerlo, cada vez que tenía el balón a sus pies, se movía con rapidez, era casi inalcanzable, ¿Cómo era posible que siguiera como si nada? Es la pregunta que todos se hacían en sus mentes al presenciar que el menor no mostraba ni un solo rasgo de agotamiento, puesto que este mismo tenía la miraba fija en, según él, la persona mas admirable que alguna vez conoció. Tenía que hablarle si o si al portero.

─¡Me da mucho gusto verte Wakabayashi! Por un momento me preocupé por ti, pensé que algo te había pasado, es raro que llegues tarde a algún partido─El tono con el que Tsubasa hablaba era suave y cariñoso, bastante agradable para las personas que lo escuchaban hablar con ese tono, todos pensaban eso excepto el portero.

─Oh hola, eh si, tuve algunas complicaciones antes de venir─El tono con el que el mayor le hablaba al menor mostraba falta de interés en la conversación, y con un cierto disgusto, cosa de la que el menor no lograba darse cuenta, o talvez no quería darse cuenta.

─Espero que no hallan sido graves─Soltó el menor preocupado, Tsubasa le preocupaba mucho el bienestar del portero casi como si fuera la propia madre─De todas formas me da mucho gusto que estés aquí, los entrenamientos no son lo mismo sin ti.

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