Sólo Es Un Beso

Capítulo 6

El lado oscuro de tus sentimientos hacia mí.

Por más extraño el sentimiento, ¿habría alguna forma de negarlo? Tal vez al principio sí.

La respuesta tan fría de Tsubasa le causaba escalofríos al portero, le revolvía el estómago y lo dejaba pensando profundamente. Tal vez ya era hora de admitir la estupidez más grande que Genzo cometió en su vida.

─No estoy enamorado ─Se dijo Wakabayashi así mismo─. Estoy loco.

Tal vez no lo admitió del todo.

El pobre Genzo se encontraba en reposo, acostado en su lujosa cama debido a una fuerte fiebre. Mirando al techo empezó a agobiarse por el estrés. Por la ventana entraba apenas una ligera brisa, el día estaba demasiado tranquilo.

Se escuchó la puerta de la habitación abrirse.

─¡Vaya ánimo! ─La voz burlona de Izawa sonó cuando éste entró a la habitación sin avisar.

Unos pocos segundos eran más que suficientes, para notar el ambiente tan deprimente que rodeaba al enfermo en cama.

 ─¿Alguna vez has tocado mi puerta antes de entrar? ¿O tengo que fingir que sí lo hiciste? ─Susurró Genzo con un gruñido.

Totalmente irritado, cubrió su cara con su antebrazo, y con un suspiro, esperó a que el defensa explicara la razón de su, para nada agradable, visita.

─Sólo vine a ver que la fiebre no te estuviera comiendo ─Genzo, totalmente incrédulo ante aquella explicación, no hizo ningún gesto o comentario─. Y Tsubasa me preguntó cómo seguías.

Casi a la velocidad de la luz, el portero dio un brinco brusco que lo levantó casi por completo, pero ocasionando un duro golpe en su cabeza propinado por la repisa de la pared que se encontraba encima de su cama. Era la misma repisa en la que, orgullosamente, exhibía sus numerosos medallones.

─¡Me lleva la-!

─¡Lo sabía! ¡Algo pintaba mal entre tú y Tsubasa! ─Exclamó Izawa mientras apuntaba con el dedo al pobre de Genzo que sólo se agarraba la cabeza adolorido.

─¿Pero entonces...?

─A Tsubasa ni siquiera le interesa tu triste resfriado, idiota ─Se cruzó de brazos mientras caminaba, y frenó sus pasos frente a la cama del arquero─. Cuando los chicos hablaron de tu tonta fiebre, ¡Tsubasa reaccionó como si...! Estuvieran hablando de la tonta fiebre de un completo desconocido.

Genzo apretó los dientes y bajó la cabeza.

─¿Y eso a mi que me importa? ─Gruñó el portero entre dientes evitando el contacto visual.

Izawa suspiró de cansancio ante el comportamiento de su amigo ─Claro, puedes fingir que no te importa, ¡pero esa reacción tuya te delató por completo!

El arquero de sudadera roja no tenía planeado contar exactamente lo que había sucedido, al menos no por ahora, pero sí sentía la necesidad de contarle algo meramente extraño que sucedió ese día.

─No vine a presionarte, sólo quiero saber qué es lo que te pasa ─Caminó y se sentó en un sillón al lado de la cama de Genzo mientras seguía hablando─. Te notaba raro últimamente, pero jamás pensé que fuera algo que tuviera que ver con-.

─Él me preguntó si lo odiaba ─soltó Wakabayashi con la cabeza baja, sin dejar terminar lo que el defensa estaba diciendo─. A decir verdad no le respondí, pero aún así...