Desde que Woo Dae-sung ingresó a la secundaria Yuil el mundo de Kim Yong-sun cambió de manera drástica. Nunca había amado tanto a alguien como lo hacía con Dae-sung, es más, nunca había amado a alguien.
Tristemente él estaba enamorado de otra chica...
—¿Por qué no me informaron sobre esta sesión antes? —le habló entre dientes a Bon-hwa.
—Yo tampoco sabía.
Para hacerlos entender: ese día tenía una sesión de fotos de una nueva colección, todo iba bien hasta ahí, sin embargo, todo cambió para mal al ver que Dae-sung sería parte de la sesión de fotos, siendo modelo clave en esta.
Bueno, quizá no sea tan malo, podría beneficiarme, ¿pero de que manera?
Dejo que la arreglaran mientras pensaba como podía beneficiarse. Al salir del vestidor sintió la atenta mirada de Dae-sung sobre su cuerpo.
—Cambiaste tu color de cabello —decidió iniciar una conversación con ese tema, o eso parecía.
—Ah, si —su cabello ahora era de color morado, debido a que quiso hacer un cambio ese mismo año.
Los ubicaron en sus lugares para la sesión, Dae-sung parecía querer seguir hablando.
—Perdón por lo de hace años —Yong-sun solo asintió— creo que deberíamos volver a hablar como antes, ¿salimos a comer cuando acabe la sesión?
—Pues bueno.
Su idea era no hablarle o hablarle cortante, pues, la ley del hielo era el método de manipulación más exitoso que había.
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—Bon-hwa... —llamo la atención del joven.
—¿Si, linda? —dejo los papeles a un lado.
—Bon-hwa, yo de verdad te quiero, pero siento que te quiero más como un amigo que como un novio. Siento que esto también fue mi culpa por no haberlo dicho desde el principio, por no haber dicho que no quería nada.
—No te...
—Creí que después de pasar el tiempo me enamoraría de ti, pero me es muy difícil amarte. Creo que es muy claro que en esta relación tú das más. Yo... yo creo que tus regalos y detalles hacia mi no han sido más que una forma de que yo me quede, y eso me hace sentir atada de alguna forma.
Hizo una pausa ya que sus ojos se estaban llenando de lágrimas.
—Me gustas, me gusta como eres, me gusta tu forma de ser, me gusta la forma en que me tratas, pero no estoy enamorada de ti. No quiero que al decirte esto me odies y terminemos mal, pero si quieres puedes hacerlo, puedes odiarme, renunciar, difamarme o lo que quieras. Lo siento...
No se atrevía a mirarlo, pero, luego de varios minutos, sintió que unos brazos la rodearon.
Bon-hwa la estaba abrazando.
Notó la respiración agitada de este, sabía que estaba aguantando las ganas de llorar, pero, al sentir como algo húmedo caía sobre su hombro se dio cuenta que no pudo aguantarse.
—De verdad lo siento...
—¿Sabes que es lo más gracioso?,... que ya sabía que no me amabas —río adolorido— pero no te preocupes, no te odio, ni voy a renunciar ni a difamarte, puedes estar tranquila. La verdad si quería mantenerte atada a mi —la abrazo con más fuerza.
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—Voy a ir a la India —dijo ella en la reunión— seguiré trabajando desde allí. Creo que es el momento adecuado para presentarles a mi remplazo por los siguientes años. Espero que traten muy bien a Lee Felix —el mencionado entró recibiendo los aplausos.
