𝙴𝚛𝚎𝚜 𝙼𝚒 𝚁𝚎𝚒𝚗𝚊 ❦ ════ •⊰❂ ℍ𝕒𝕕𝕖𝕤 𝕏 ℚ𝕚́𝕟 𝕊𝕙ǐ ℍ𝕦𝕒́𝕟𝕘 👑

❦ ════ •⊰❂ ¿𝙿𝚘𝚛 𝙳𝚘́𝚗𝚍𝚎 𝙲𝚘𝚖𝚎𝚗𝚣𝚊𝚛?

–¡Fusu!

Tanto el joven de ojos blancos como el castaño a su lado saltaron del susto que fue recibir de nuevo en la finca al dueño de la misma, no es que haya pasado mucho tiempo, pero sí más del que uno podría haber usado para solo recorrer los alrededores, de allí que hubieran perdido la noción de su regreso y se hubieran asustado por el mismo, ya que ni siquiera habían escuchado a su caballo relinchar afuera, por lo que debió haber dado una vuelta completa para dejarlo de una vez en el establo nada más para darles un buen susto llegando a los gritos por la puerta de servicio.

De cualquier forma, luego de que recuperarán la compostura, y con el castaño soltando una risita para disimular la sorpresa que se llevó, el hijo del hombre recién llegado le dió su atención.

–Padre, pero que susto...–suspiró el de ojos blancos con el corazón en la boca–tardaste más de lo que imaginaba, ¿qué hacías?–preguntó Fusu llevando una mano a su pecho.

–Ah, no mucho, estaba en la finca de al lado, los encargados allí son hermanos muy extraños–dijo Qín yendo a sentarse junto a su hijo–pero comeremos con ellos este fin de semana

–Debí imaginarme que harías algo así...–dijo Fusu en un medio murmullo, conociendo a su padre no había de qué sorprenderse.

–¿No te emociona? Será para conocer a nuestros vecinos, es una buena oportunidad–dijo Qín pasando una mano por la cabeza del menor.

–No entiendo lo de la "buena oportunidad"–dijo Fusu sin poder evitar hacer una pequeña mueca de disgusto.

–Estamos empezando desde cero, y conocer a gente nos ayudaría, ¿no crees?–dijo Qín en su intento de convencer a su hijo.

–Creo que es muy apresurado, no tenemos tres días aquí–razonó Fusu negando lento con la cabeza–y no es por ser entrometido, ¿pero cómo hablaste con esas personas?

–Tengo una buena imagen de cómo lo hizo–dijo el castaño cuidador de Fusu con una risa contenida–el señor Qín es extravagante

–También estás invitado, Sasaki, también es un cambio para ti–dijo Qín tomando por desprevenido al japonés–te hará bien conocer el área

–No podría dejar a Fusu solo de cualquier forma–dijo Sasaki agitando sus manos suavemente–si quiere puedo ayudar en la comida si gusta

–No es necesario, tómatelo como un día libre, yo me haré cargo de mi hijo toda esa tarde–dijo Qín en una auto-promesa.

–Eh...p-pero—

–Está bien, Sasaki, confío en el buen juicio de mi padre–dijo Fusu para calmar a su cuidador–tómatelo con calma

–...si los dos están de acuerdo...–dijo Sasaki llevando una mano detrás de su cabeza–iré a desempacar unas cosas, permiso

El dueño de la finca en la que estaban actualmente miró como el joven que había contratado como cuidador de su hijo se iba por el pasillo que daba a los cuartos de la mansión, ese muchacho a pesar de ser más o menos de la misma edad de su hijo, o sea que no superaba los veinte aún, era bastante competente en su trabajo.

Sasaki Kojirō, lo había conocido en uno de sus viajes por negocios, en esa ocasión a Japón, donde fue testigo de cómo cuidaba y ayudaba en rehabilitación a muchos hombres de cualquier edad, desde jóvenes hasta ancianos con diferentes tipos de problemas, y la forma tan amable en que trataba a todos junto con su terapia efectiva y compañía afectiva, lo hizo recordarlo al instante en que le dijeron que buscará una ayuda a tiempo completo para su hijo, así que no lo dudó ni tres segundos en ofrecerle ese trabajo, aunque tuviera que traerlo de Japón a China y luego a Grecia donde ahora estaban residiendo.