2

3 1 0
                                    

                                                                                      Una guerrera



La puerta al final del pasillo conducía a una sala con varias puertas más lo cual era estresante. Todo a su paso estaba decorado con cuadros, jarrones y algunas estatuas de personajes de los cuales no poseo conocimiento alguno, después de lo que parecieron interminables segundos de decisión opte por atravesar la puerta que se encontraba en la izquierda era una puerta enorme de un color oscuro. El lugar parecía ser un área de descanso con varios asientos acolchonados y múltiples almohadas como decoración, varias mesitas se encontraban distribuidas por el lugar con algunos adornos sobre ellas.

Al final de la habitación estaba predispuesta una gran biblioteca repleta de libros de distintos colores y tamaños. En uno de los asientos descansaba Sasha junto a una joven más que portaba sus mismos ropajes, parecían tener una charla muy animada.

-Lamento interrumpir –Fue lo primero que salió de mi boca al ver que tenía la atención de ambas sobre mi.

-Estaba por ir en su encuentro señor –Se puso en pie y su compañera la secundo sin demora alguna – Veo que el atuendo le quedo bien, el encargado temía que no le quedará.

-Me queda bien, gracias –Solo eso salió de mi boca, era algo nuevo para mi y no estaba consciente de cómo debía comportarme, años encerrado y siendo tratado de la peor forma, tanto tiempo aislado del contacto humano que no se como tratar con alguien.

-Nuestro señor no podrá reunirse con usted, hubo un altercado y no estará presente en el castillo por unos días así que estoy encargada de velar por usted en lo que dure su estadía en el lugar

-Lamento ser una molestia en todo caso –Sentía sus palabras algo resentidas como si no quisiera hacer esto.

-Le daré un recorrido por el lugar y luego lo llevaré a la que será su habitación, ya no es necesario que siga en el área médica –A paso firme se acercó a un vitral de colores naranjas y rojizos, lo cual formaba la imagen de un castillo cubierto por los rayos del sol, lo observó de forma atenta para dirigirse a la puerta– Andando

Seguí sus pasos fuera del lugar y escuche cada palabra con atención de su explicación, se encontraban en el edificio de mujeres, el reino contaba tanto con guardias hombre como mujeres y cada uno tenía un edificio por separado, por una extraña razón debía hospedarme en la zona de mujeres sin poder obtener una explicación del porqué. Recorrimos desde la cocina repleta de especias y frutas, hasta el gran comedor en el que se reunían para cada comida, también contaban con un ala médica y todo era supervisado por mujeres si un hombre iba a ingresar debía obtener un permiso para eso o sería reprendido.

Al final del recorrido terminamos en la parte de afuera del edificio donde se encontraban varias mujeres entrenando de forma ardua, deslizándose por el césped en busca de su armamento para seguir batiéndose a duelo si reparo alguno, luchaban de forma limpia y con elegancia utilizando largas lanzas las cuales se veían muy estéticas a la vista. Pasamos un largo rato observando los distintos combates, todas y cada una de ellas se especializaba con un arma distinta y lo hacían de forma perfecta sin reserva.

A la hora del almuerzo fui guiado por Sasha en medio del tumulto que iba camino a la cocina, me explicó que en cada edificio los guardias está a cargo de cocinar y mantener la limpieza de su edificio, se rehusaron ante la idea de que ayudará a preparar algo, pero después de insistir un poco aceptaron, el lugar estaba lleno de risas y bromas, era un ambiente alegre al que podría acostumbrarme rápidamente mientras esté aquí.

Cuando estuvimos sentados en el gran comedor las miradas estaban sobre mí y no eran nada discretas, nadie se atrevía a decir palabra alguna y se estaba volviendo incomodo.

CreenciasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora