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               EL CORAZÓN IBA A SALIRSE DE SU PECHO, mientras observaba cómo su amigo se sacudía frenéticamente, con sus manos y pies atados a una cama

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               EL CORAZÓN IBA A SALIRSE DE SU PECHO, mientras observaba cómo su amigo se sacudía frenéticamente, con sus manos y pies atados a una cama. El cuerpo del niño se encontraba rojo, empapado de sudor, con las venas marcadas y sus ojos a punto de salirse de las córneas. Una imagen que asustaría a cualquiera.

El calor en la cabaña no hacía más que subir y subir, así como la tensión. Todos esperando por algo que ni siquiera sabían si iba a funcionar y con ello sometiendo a Will a una tortura inimaginable. Le dijeron que era la única opción, el mejor plan hasta ahora. ¿Pero cómo podría ser la mejor idea, sí con ello le hacían daño a su amigo? Sus gritos agónicos hacían ecos en los oídos del muchacho.

—¡Me duele! ¡Me duele! ¡¡Suéltenme!! ¡Me duele mucho! ¡Suéltenme! ¡Mamá! ¡Me duele!

—Mamá —murmuró Jonathan.

Por un segundo Greg tuvo la esperanza de que todo esto se detuviera, que alguien haya descubierto otra manera de sacar al Desollamentes de Will sin hacerle daño. Pero Joyce, con mirada desafiante, subió más la temperatura.

El niño soltó otro grito que retumbó en las paredes, como un trueno en medio de una lluvia torrencial.

—¡Déjenlo! —exclamó Greg. Hubiese ido a desatarlo él mismo de no ser por Tabitah, que lo sostenía en contra de su voluntad—. ¡¡Déjenlo!! ¡¿No ven que está sufriendo?! ¡¿Cómo le puedes hacer esto a tu hijo?!

—¡No es él, Greg! ¡Sabes que no es mi hijo! ¡No es Will!

—¡¡Greg!! ¡¡Greg, ayúdame!! ¡¡Sácame de aquí, me duele mucho!! ¡¡Greg, por favor!!

—No lo escuches, Greggie —susurró Tabitah en su oído—. No es él... es ese maldito monstruo. Está tratando de engañarte.

—¡¡Greg, auxilio!! ¡¡Me quemo, Greg, ayuda!!

—No lo escuches, no lo escuches... no es él, no es Will...

Pero él sabía que sí se trataba de su amigo. El Desollamentes solo lo usaba como un caparazón; en el exterior, era Will quien agonizaba. Era él quien pedía ayuda. Quien se estaba quemando vivo.

THE HEALER │will byersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora