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* En la hora de almuerzo *

Sunoo avanzaba hacia la salida del instituto, llevando consigo el almuerzo que había solicitado para Nishimura a través de un servicio de entrega. La escasa variedad de opciones saludables dentro de la institución lo impulsó a buscar alternativas externas, escapando de la oferta limitada de snacks y alimentos poco nutritivos.

Optó por dos porciones de arroz con pollo, consciente de que ambos compartían ese gusto. Sostenía las cajas con cuidado, asegurándose de tener suficiente para ambos en sus manos.

El repartidor llegó puntualmente con el pedido, y Sunoo, agradecido, buscó en su billetera el dinero correspondiente para entregárselo con una sonrisa.

—¡Gracias! —expresó mientras recibía la comida.

El repartidor se alejó, y Sunoo, con un suspiro de alivio, observó su entorno.

—Bueno, al final terminé comprando para mí también, qué loco —rió para sí mismo mientras caminaba hacia las máquinas expendedoras del instituto, decidido a adquirir una bebida para acompañar su comida.

Mientras seleccionaba su jugo, su mente divagó hacia la ausencia de sus amigos.

—¿Jungwon y Jake qué estarán haciendo? —se preguntó, escudriñando la escena sin éxito.

Con la botella de jugo en mano, se dirigió hacia la entrada del comedor, esperando encontrar a Nishimura. Con suerte, el japonés estaría sentado en una mesa apartada con dos estudiantes.

—Te encontré...

Sunoo se acercó con timidez y vergüenza, siendo consciente de que la entrega de comida no pasaría desapercibida para los otros dos chicos en la mesa.

—Diablos, ¿por qué no se sienta solo? Me está comiendo los nervios... —suspiró— de seguro pensarán que me gusta de él y le traigo comida...

Finalmente, llegó a la mesa, tratando de disimular sus nervios mientras sostenía las dos porciones de comida.

—Hey, a-aquí está tu comida... —dijo, desviando la mirada hacia otro lado para evitar el contacto visual con los otros dos chicos.

—Te tardaste... pero al menos cumpliste —Nishimura rió.

—Solo... recibe la comida y dame mi nota como prometimos.

—¿Por qué no nos acompañas? ¿Eh? —ofreció uno de los chicos, mirándolo.

—No creo que pueda... tengo que buscar a mis amigos y no tengo espacio donde... ¿comer? —frunció el ceño, confundido al notar la ausencia de un chico.

—Bueno, mi amigo acaba de irse a hacer algo, así que hay un lugar desocupado.

—suspira rendido— Bien... pero solo lo hago porque quiero mi carta.

Sunoo se sentó en el lugar desocupado al lado del japonés.

—¿Tanto te importa esa carta? —preguntó uno de los chicos.

—Obvio que me importa, escribí esa carta con cariño y mi tiempo de pensar... —respondió mientras abría su comida para empezar a comer antes de que se enfriara.

—De seguro ni lo va a leer para esa persona... —comentó uno de los chicos en voz baja, pero Sunoo escuchó igual.

—¿Qué dices? Claro que lo va a leer, sería una pena que me equivoque de nuevo y sospechosamente esté en tu casillero nuevamente y que me digan que cambiaron de lugar, eso sí tendría de excusa que no va a leer.

—rió negando— Como digas... —empezó a comer— Oye Heeseung, ¿luego vamos a la biblioteca?

—¿Eh? Oh, claro —sonrió.

Después de 15 minutos, terminaron de comer.

—Bien, me iré a la biblioteca, así que ten antes de que se me olvide... —entregó aquella decorativa carta que el mismo Sunoo diseñó.

—¡Gracias!, esta vez lo haré bien —sonrió ampliamente.

—asintió— Suerte

—asintió— Suerte

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The Best Mistake ୨୧ Sunki [Pausado]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora