**El día de la fiesta**
La fiesta comenzo al rededor de las 8:00 pm, la musica estaba al maximo, se escuchaban gritos por todos lados.
Yo estaba en mi habitación (siempre que había una fiesta en casa yo estaba en mi habitación, y no salía hasta el siguiente día).
Eran las 10:00 pm cuando entre al cuarto de baño para darme una ducha, comencé a quitarme la ropa, tenía que bañarme lo más rápido posible, pues en la planta baja había chicos por doquier, quería evitar el hecho de que alguien entrará a mi habitación, o peor aun, que entraran al baño y me vieran desnuda.
Terminé de ducharme en 30 minutos.
Mientras cepillaba mi cabello, aun en en cuarto de baño, escuché que alguien abrió la puerta de mi habitación, salí rápido del baño para ver quien había entrado, me quedé en shock cuando vi quien estaba en mi habitación.
-¿Que te sucede?- dije al darme cuenta de que estaba tomando mis libros- ¡no los toques!
-Tranquila, solo son libros- dijo burlándose mientras dejaba el libro en el estante, aun dándome la espalda.
¡mierda! el no había dicho eso.
Esos no eran "solo libros", esos eran MIS LIBROS, lo más valioso que tenía en la vida.
Soy muy exagerada, ya lo se.
-¿Se puede saber que haces aquí? -dije con cierto tonó de irritación.
-Yo estaba buscando una...- se volteó por completó para quedar frente a mi, me miro y lo único que hizo fue sonreír- ¡Hey!- dijo aun sonriendo, mientras colocaba ambas manos en su nuca.
-Hola- solté con indiferencia, al notar que estaba ebrio -¿que haces en mi habitación?
-Yo... Uhm...- dijo, sus mejillas comenzaban a tornarse rojas -soy Damon.
-Bueno no te lo pregunte- dije intentando contener una sonrisa estupida -Soy Charlie.
Se que es algo tonto de mi parte actuar de esa forma, pero ¿que podía hacer? ¿decirle a que a mi tambien me daba gusto verlo y besarlo? pues NO.
-Bien, ¿qué haces aquí?-.
-Estaba buscando una toalla- dijo sonriendo- ¿Me prestas una?
Lo mire de arriba a abajo, estaba completamente mojado, llevaba unos jeans negros ajustados, a causa de agua se pagaban aun más a su cuerpo, su playera blanca de cuello V estaba pegada a su cuerpo, haciendo que se notara su abdomen complemente marcado.
Santa madre, no podía perderlo de vista, se veía tan sexy.
Chalie, comportarte y tranquiliza tus hormonas.
-No- dije sin pensarlo.
-¿Por que no?- pregunto confundido, rascando su cabeza.
-Bueno pues... por que no quiero- dije sonriendo con malicia.
-Y que...-comenzo a decir mientras caminaba hacía mí, yo como acto de reflejo comencé a retroceder- puedo hacer para que me la prestes.
Damon había quedado a solo unos centímetros de mi rostro, realmente estaba ebebrio. Coloco sus manos a ambos lados de mi cabeza, dejándome atrapada. Comenzó a acercarse, hasta que quedamos conpletamente cerca, sentía como el agua que tenía su ropa comenzaba a mojar la mía. Damon miraba mis labios, torpemente los humedecí. Sentí sus labios rosar los míos, eran tan suaves, cerré los ojos al sentir al sentir el contacto de sus labios.