II- la última bachata

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Los últimos 12 días han sido bastante, como decirlo sin que suene a que no puedo mas, raros, dejémoslo ahí.

Las chicas me estuvieron dando consejos para sobrevivir en ese sitio. Es mixto, lo que es un punto a favor, pero las habitaciones y los baños están divididos en diferentes edificios, lo que significa que no me voy a poder divertir.

¿Quien ha dicho que no?

Ni se te ocurra, somos unos hetero básicos de la vida

Esa frase es muy gay, en. Me suena a loba en el armario.

¿En qué momento se me ha instalado otra conciencia nueva? y parece muuuy gay. Que asco.

Hay que eliminarla cuanto antes

Tienes toda la razón, pero... ¿cómo?

Ya sabes muy bien cómo

No pienso volver a ver YouTube naranja, sabes cuanto me costó librarme de esa adicción y no la voy a retomar. Y no me voy a hacerme una paja, sería romper la promesa que me hice a mi mismo, y yo lo que digo lo cumplo.

La vecina está buena

Pero son lesbianas

Y no es que les parezcas muy hetero la verdad. Mas bien te ven de su gremio.

Pero qué cojones dices. Yo soy hetero te cueste admitirlo o no, o sea que te vas

Con que "o sea"

¡Aggg! Bueno tengo una idea. Conciencia sana, piensa en tías buenorras desnudas.

No se detecta movimiento soldaril señor. Seguro que es por la situación señor.

Si, será eso

De todos modos vamos a olvidarnos de esto y a hacer la maleta, porque mis padres no me quieren en esta casa, pero vaya, en cuanto pueda irme me iré.

-¡Logan, hijo, baja que tengo que hablar contigo!- me dijo mi padre desde la otra punta de la casa con un tono firme.

-¡Ya voy!- le contesté desganado.

Mientras bajaba las insufribles escaleras mis manos empezaron a temblar, no se muy bien el por qué, igual es porque he estado ignorándolo todos estos días y ni he respondido a ninguna pregunta, es más a eso le respondí porque mi querida, bueno ahora querida y otra odiada conciencia me habéis distraído.

Al bajar mis padres estaban sentados en la mesa de madera oscura sin mantel, era muy larga pero estaban en uno de los extremos el uno en frente del otro. Yo me dispuse a sentarme en el otro lado de la mesa.

-¿Por qué no presides la mesa hoy cariño?- dijo mi madre con una sonrisa en la cara

-Es verdad, de pequeño te encantaba- agregó mi padre

-Pues ya no, aunque no creo que os importe mucho mu felicidad- dije indignado.

Hubo un silencio incómodo.

-Bueno, vamos al grano. ¿no?- dijo mi padre interrumpiendo en el silencio

-Si, será mejor- dijo tímida a la par que ilusionada mi madre

-Qué es lo que queréis ahora- dije manteniendo mi tono borde

-Bueno hijo-empezó mi padre- como has sacado unas notas mediocres pero que podían ser mejores

-Si intentas hacer que me avergüence de mis notas, he de decirte que no lo conseguirás. Ni me escondo ni me enorgullezco de ellas- le aclaré.

Mi padre se empezó a enfadar, pero se relajó cuando mi madre le dio la mano y se lo pidió tranquilamente.

dos conciencias Donde viven las historias. Descúbrelo ahora