III- El chico del bus

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-Adiós- me despedí de Lucía por ultima vez mientras subía al autobús.

En cuanto crucé la puerta del bus, ya se respiraba un pijerio y un ambiente muy... como explicarlo... un ambiente feo en el que todos se creen superiores a ti y te miran por encima del hombro, si, esa es una posible explicación.

El autobús era muy feo con unos colores que no pegaban nada y unos diseños que no eran gran cosa.

-"así que era muy feo, con colores que no pegaban y diseños que no son gran cosa. Yo creo que voy ganando terreno, poco a poco"

-"tú espérate a que veamos a una diosa griega y se activen nuestros glóbulos rojos"

No si se están activando, pero es que mira que guapo es por favor.

-"¿cómo?"

Ese pelo negro, esa piel clara y esos ojos grandes y claros que resaltan aun mas con sus pestañas inmensas, bajito...

-"lo de bajito es un plus para una loba en el armario como tu que no se va a dejar profanar de primeras"

delgado, con unas manos perfectas, una voz dulce pero gruesa al mismo tiempo que no había escuchado nunca...

-"grueso ese guerrero que se acaba de despertar, ¿pero cómo si eso no es una rubia con tetas?

su mandíbula perfilada, sus labios con un color claro aunque con un punto perfecto de rojizo, que no son muy grandes pero si lo suficiente como para querer que estos se junten con los míos, agarrarlo de la nuca y besarlo lentamente mientras mi otra mano baja por su espalda recta hasta que empieza a notar una liguera curva, que va aumentando poco a poco, y cuando empieza a bajar, volver a subir lentamente por su espalda mientras el me acaricia el pecho con su meno izquierda y con la derecha me sujeta la cara para que no me distraiga y sigue besándome cuando empieza a bajar su mano izquierda por mi pecho suavemente pasando por mi barriga hasta llegar a mi cintura, la cual acaricia por mi lado derecho en busca de el final de la sudadera para introducir su mano por el interior y poder agarrar la parte frontal de mi pantalón con el fin de juntar nuestros cuerpos aún más, cuando comienza a aumentar muy sutilmente la apertura de su boca, dejando escapar un poco de aire entre sus labios y los míos y tras esto entreabrió un poco mas sus labios mientras yo lo besaba por la comisura de sus labios, invitándome a subir un poco la intensidad del beso a lo que yo comienzo a besarlo de una panera pausada pero fluida...

-Hola- dijo una voz felizmente

Cuando abrí los ojos me quedé paralizado

-¿puedo sentarme a tu lado? Es que no es que me caiga muy bien tanto pijo y tu pareces el único normal de este autobús- dijo rascándose la cabeza

Yo seguía impactado y no dije nada, pero si que me cambié al asiento que se encontraba a mi derecha, de tal forma que a mi izquierda había un dios griego y el motivo por el cual llevo erecto un cuarto de hora y con los ojos cerrados imaginándome un escenario que no va a pasar nunca y a mi derecha una ventana por la cual me encantaría saltar en este momento.

Me quité los auriculares y me decidí a intentar entablar una conversación normal y relajarme para que se desinflase el bate de beisbol que tenia entre las piernas por su culpa.

-Hola- deje caer en el aire

-Hola- respondió el felizmente de nuevo- ¿qué tal?

-Pues bien la verdad- dije tranquilo

-"Que mentiroso, estas caliente como una perra en celo"

"es en lo único que voy a concordar contigo enfermo, pero si, ahora mismo eres un pokemon tipo fuego"

dos conciencias Donde viven las historias. Descúbrelo ahora