Capítulo 3: Ayuda mutua

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Ya había pasado un día completo, uno en el cual no hubo nada interesante. En ese día el señorito Edgar Valden se había dedicado a perfeccionar el lienzo que debía de entregar para el siguiente día.



Siendo la mañana del día en el que presentaría el cuadro a su cliente, Valden se levantó y revisó por última vez su lienzo.

Estando ya satisfecho, lo cubrió con un manto delgado mientras bajaba a desayunar, debía admitir que se sentía algo emocionado por mostrarlo.

Mientras iba por las escaleras, se topó con el señorito Balsa el cual estaba subiendo, le resultó raro ya que era la hora del desayuno. Luca lo dio un saludo corto y siguió subiendo.

Desde aquel incidente en el que supo sobre como era su maestro Saraí, Balsa se había distanciado, y eso que aquel chico quería ser su "amigo".

En fin, no le importaba, al menos lo había dejado de molestar.


Señor Alva: Buenos días señorito Valden, ¿está listo con la pintura?

Edgar: Si señor.

Señor Alva: Okey, después de que terminemos de desayunar lo iremos a ver en la sala y platicaremos sobre el precio.


Señor Saraí: Me suena bien, será un honor mostrarles el trabajo de mi alumno.

Edgar: ...


Señor Alva: ¿Ocurre algo señorito?

Edgar: ... ¿El otro?

Señor Alva: ¿Con otro se refiere al señorito Balsa?

Edgar: (Asiente)

Señor Alva: Él no podrá estar con nosotros durante todo el día, me comentó que iría a firmar unos papeles, pero por la tarde-noche estará de nuevo aquí y mirará su pintura.

Edgar: Gracias.

Señor Alva: No hay de que.


Señor Saraí: ... Jajaja ¿en fin a quien le importa? Ese cuadro era para el señor Alva, no para él.

Edgar: ...


Siguieron platicando y comiendo.

Aquel comentario nada amigable de su maestro no se tomó en cuenta, pero si afectó un poco al jovencito Valden, ya que aquel muchacho era quien le había permitido usar su creatividad, y no le parecía justo que no fuera el primero en verlo.

En fin, ¿a quien le importa? A él en realidad no, solo quiere quedar bien antes sus clientes y ya...


Al terminar de comer, el señor Alva ya iba yendo a la sala para la presentación de la pintura del jovencito Valden, iba acompañado por su maestro Saraí.

La palabra que no te dije...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora